El nuevo Rolls-Royce cuesta ni más ni menos que 30 millones de euros
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Fabricado a mano durante casi un año, solo habrá un ejemplar de este Rolls-Royce
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Es el tercer one-off de la marca de lujo
Rolls-Royce acaba de lanzar al mercado un modelo que desafía todas las expectativas. Después de cinco meses de trabajo incansable en los talleres de personalización de la firma, nace el Rolls-Royce Arcadia Droptail. Este vehículo es el tercer one-off (solo un ejemplar) que sale de estos talleres, y promete satisfacer a los clientes MÁS exigentes. No, las mayúsculas no son un error.
El Arcadia Droptail sigue la estela de sus predecesores, el La Rose Noire Droptail y el Amethyst Droptail, ambos ejemplares únicos que son verdaderas obras de arte sobre ruedas. Rolls-Royce está apostando fuerte por los roadster biplaza, y el Arcadia Droptail no es una excepción. Con detalles de diseño impresionantes, como los finos faros delanteros y la parrilla del radiador repleta de barras cromadas, este vehículo irradia elegancia y agresividad a partes iguales.
Rolls-Royce lanza su tercer one-off
Las puertas del Arcadia Droptail se abren de manera inversa, una característica típica de los Rolls-Royce, y revelan un interior lujoso y espacioso. La carrocería, pintada en un blanco puro con partículas de cristal y aluminio para crear reflejos de luz únicos, se complementa con llantas de aleación de 22 pulgadas y un diseño deportivo.
Pero lo más impresionante del Arcadia Droptail es su parte trasera. Con una cubierta de madera de poro abierto lacada con un tratamiento especial para resistir los elementos, esta obra maestra requirió más de 8.000 horas de trabajo para su montaje. Esto se traduce en 333 días de trabajo.
Casi 30 millones de euros para esta joya única
Ahora, llegamos al detalle que más sorprende: el precio. Se rumorea que el Arcadia Droptail tiene un costo de casi 30 millones de euros. Esta cifra puede parecer increíble, pero teniendo en cuenta la calidad artesanal y la exclusividad de este vehículo, no es del todo sorprendente. Además, está enfocado a un público para el que 30 millones de euros son calderilla.