Renault ha sido una de las marcas más innovadoras en el mercado automovilístico europeo recientemente. Con lanzamientos como el Rafale, el Austral, el Espace y el Symbioz, además de las actualizaciones del Clio y el Captur, el fabricante francés ha demostrado estar a la vanguardia de la tecnología automotriz. Sin embargo, hay una tecnología específica que está condenada a muerte en la gama de vehículos de la marca francesa: el motor híbrido enchufable.
Este tipo de motor, a diferencia de los eléctricos puros o los híbridos autorecargables, ha perdido protagonismo en la estrategia de Renault. Aunque los híbridos enchufables ayudan a reducir las emisiones globales del fabricante, las autoridades europeas han observado que muchos conductores apenas utilizan el motor eléctrico, lo que disminuye su eficacia en la reducción de emisiones.
El híbrido enchufable permite a los conductores circular sin problemas cuando su batería está agotada, ya que entra en funcionamiento el motor de combustión. No obstante, la falta de uso del modo eléctrico hace que las emisiones de estos vehículos sean comparables a las de los motores de combustión tradicionales. Esto ha llevado a una reevaluación de su utilidad y efectividad en la lucha contra las emisiones de CO2.
En el caso de la marca francesa, la reciente actualización del Renault Captur y la presentación del nuevo Symbioz confirman que la marca no está priorizando esta tecnología. Actualmente, el único modelo en la gama de Renault que sigue utilizando un motor híbrido enchufable es el Rafale. Esta decisión refleja una estrategia más enfocada en otros tipos de tecnología, posiblemente los motores totalmente eléctricos y los híbridos autorecargables.
El movimiento de Renault es indicativo de una tendencia más amplia en la industria automotriz. Los fabricantes están ajustando sus estrategias tecnológicas para alinearse con las nuevas regulaciones y expectativas del mercado. Mientras que los híbridos enchufables ofrecían una solución intermedia, su bajo uso en modo eléctrico ha limitado su impacto positivo en las emisiones.
El futuro de Renault parece inclinarse hacia la adopción de tecnologías más eficientes y sostenibles. La transición hacia vehículos eléctricos puros y otras formas de movilidad sostenible será clave para mantener su competitividad y cumplir con las normativas ambientales. Con el mercado europeo cada vez más regulado y los consumidores más conscientes de su impacto ambiental, Renault está ajustando su enfoque para liderar en esta nueva era de la automoción.
Eso no es verdad. Un híbrido enchufable, cuando se le acaba la reserva eléctrica, o aunque no se haya cargado, va recargando como híbrido, en las bajadas, en las frenadas, etc, cosa que es evidente, no hace un diésel o un gasolina.