Volkswagen ha dado un paso atrás en su ambicioso plan de electrificación al retrasar el lanzamiento de uno de sus modelos más esperados, el nuevo Volkswagen ID.4. Originalmente previsto para ser lanzado en 2026 como parte del proyecto Trinity, ahora no verá la luz hasta principios de la década de 2030. Esta decisión marca un giro significativo en la estrategia del fabricante alemán, que había colocado grandes expectativas en este vehículo como uno de los pilares de su transición hacia la movilidad eléctrica.
El proyecto Trinity, concebido bajo el liderazgo del ex consejero delegado Herbert Diess, tenía como objetivo desarrollar una nueva plataforma unificada para vehículos eléctricos, conocida como SSP. Esta plataforma prometía ser un punto de inflexión, permitiendo a Volkswagen consolidar su liderazgo en el mercado de vehículos eléctricos. Sin embargo, la salida de Diess y la llegada de su sucesor, Oliver Blume, ha llevado a una reorganización de estos planes.
El principal obstáculo que ha enfrentado Volkswagen ha sido el desarrollo del software necesario para sus vehículos eléctricos, un área en la que su filial Cariad ha tenido dificultades significativas. Estos problemas han forzado a la compañía a replantearse los plazos y estrategias, optando por crear una nueva versión de la plataforma MEB para lanzar otro ID.4 en 2026, en lugar de avanzar con la plataforma SSP como se había planeado inicialmente.
Un documento interno presentado al consejo de administración de Volkswagen sugiere que la necesidad de lanzar inmediatamente un nuevo coche sobre la plataforma MEB ya no es apremiante, lo que ha llevado a retrasar el lanzamiento del nuevo ID.4 y otro SUV eléctrico hasta principios de la próxima década. Esta decisión ha sido motivada por la débil demanda de coches eléctricos y la necesidad de recortar costes, según el periódico económico alemán Handelsblatt.
A pesar de este retraso, Volkswagen mantiene su plan de lanzar un Golf compacto eléctrico sobre la plataforma SSP para finales de esta década. Este modelo se espera que sea clave en la futura oferta de vehículos eléctricos de la marca.
El proyecto Trinity es uno de los varios desarrollos iniciados bajo Diess que han sido revisados por Blume en un intento de hacer más eficiente la producción y reducir costes en un momento en el que la empresa necesita reactivar sus márgenes. Volkswagen ha reconocido que serán necesarios recortes de costes importantes y una reducción en la capacidad de producción para mantener su competitividad en el mercado global.