El grave problema de Mercedes que puede acabar en multas millonarias
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La caída de ventas de coches eléctricos enfrenta a Mercedes a graves sanciones
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Mercedes se plantea reducir la producción para rebajar los límites de emisiones y evitar multas
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Mercedes atraviesa tiempos difíciles, a pesar de los esfuerzos de su dirección por proyectar una imagen de estabilidad. La marca de la estrella ha tardado demasiado en reconocer la realidad de los coches eléctricos, después de invertir millones en el desarrollo de nuevos modelos que, en la actualidad, continúan en marcha.
El hecho de interrumpir la creación de estos vehículos eléctricos sería una catástrofe a nivel económico y de estrategia, por lo que Mercedes se siente obligado a seguir avanzando, sin importar las circunstancias. Sin embargo, la situación es alarmante: han tenido que ajustar sus previsiones de ventas y beneficios, y el cierre del año se acerca a pasos agigantados, revelando una importante reducción en las cifras de ventas.
Las bajas ventas de coches eléctricos puede enfrentar a Mercedes a multas millonarias
El problema principal viene de la caída de ventas de coches eléctricos. El primer semestre del año, Mercedes vendió 93.300 coches eléctricos de un total de 959.700 unidades, lo que representa menos del diez por ciento de su cuota de mercado. Este descenso en las ventas también impacta en las emisiones promedio de CO2 de la marca, que a finales de junio alcanzaron los 108 g/km. Para evitar sanciones, deberían estar entre 88 y 92 g/km.
En este contexto, Ola Källenius, CEO de Mercedes, ha solicitado a la Comisión Europea para que relaje los objetivos de emisiones que deben cumplir este año, en un intento por evitar sanciones que podrían resultar en multas millonarias. Källenius, que había mantenido un perfil bajo, ha expresado que “los objetivos de emisiones para 2025 establecidos por los políticos en Bruselas son inalcanzables”.
La marca ahora se enfrenta a una decisión complicada: o cesar la producción en los últimos meses del año o seguir adelante y asumir las sanciones que se avecinan. Mercedes necesita ajustarse al límite de 95 g/km para mantener su situación financiera a salvo. De no conseguirlo, la multa podría situarse entre los 60 y los 900 millones de euros.