La industria automovilística europea enfrenta una etapa crítica, y Volkswagen, líder del sector, no es la excepción. Las crisis recientes y el auge del coche eléctrico han puesto en jaque a la compañía, obligándola a tomar decisiones que antes parecían impensables. Uno de los temas más delicados es el futuro del Volkswagen Golf, el modelo icónico de la marca.
La necesidad de recortar gastos por la crisis generalizada que se está produciendo en el sector ha llevado a Volkswagen a considerar medidas drásticas, como despidos masivos y el cierre de fábricas. Aunque estas decisiones son evitables a corto plazo, subrayan la difícil situación que atraviesa la empresa.
En esta tesitura, la marca busca reducir gasto reestructurando la distribución de su producción. Y el Golf es uno de los modelos en el punto de mira por la inversión que implica su producción. El Volkswagen Golf, a pesar de ser la joya de la corona, no está exento de estas presiones. Mantenerlo relevante en el mercado será clave para el futuro de la marca. Pero para ello, es necesario sacrificar tradiciones en favor de la eficiencia.
Mantener el atractivo comercial del Golf, que actualmente vivi en su octava generación, pasa por reducir costes de producción y, según las últimas discusiones, trasladar su fabricación de Alemania a México. Este movimiento permitiría abaratar los costes y ofrecer el vehículo a un precio más competitivo, algo crucial para garantizar su supervivencia en un mercado cada vez más exigente. Y es que es más barato fabricarlo allí y transportarlo a Europa que fabricarlo directamente en Alemania.
El traslado de la producción sería una gran concesión por parte del comité de empresa y los sindicatos alemanes. La factoría de Puebla, en México, está infrautilizada y podría asumir la fabricación del Golf sin problemas. Sin embargo, esta decisión genera controversia, ya que afectaría el empleo en Alemania y marcaría un cambio histórico para la compañía.
Además del Golf, Volkswagen enfrenta retos con su gama de coches eléctricos. La familia ID.3, ID.4 e ID.5 no ha cumplido con las expectativas en Europa. La planta de Zwickau, donde se producen la mayoría de estos modelos, opera por debajo de su capacidad. La compañía podría centralizar su producción eléctrica en Emden, que puede cubrir la demanda actual, dejando a Zwickau con la fabricación de otros modelos como el Audi Q4 e-tron y el CUPRA Born.