Volkswagen ha consolidado su presencia en Europa como una de las marcas más vendidas, pero en Estados Unidos también busca ampliar su dominio. Su última gran apuesta en ese mercado es Scout Motors, una marca con historia que el grupo alemán pretende revivir con una nueva generación de todoterrenos eléctricos.
Lo que parecía una estrategia prometedora se ha convertido en un problema legal para Volkswagen. Un grupo de concesionarios estadounidenses ha demandado a la compañía, alegando que el plan de vender los vehículos de Scout mediante un modelo de agencia, en lugar de la red tradicional de concesionarios, infringe la normativa vigente.
Los concesionarios argumentan que Scout es, en esencia, una marca de Volkswagen, por lo que deberían tener el derecho de vender sus modelos en sus instalaciones. La disputa ha escalado hasta un tribunal de Florida, donde se busca una resolución que permita la comercialización de los vehículos a través de la red existente.
Sin embargo, Volkswagen ha dejado clara su postura: considera que Scout Motors es una marca con entidad propia, al igual que Skoda o Cupra, y que, por lo tanto, no está obligada a distribuir sus modelos a través de los concesionarios tradicionales de la firma alemana. Esta decisión ha generado un profundo malestar entre los distribuidores afectados.
La controversia pone en riesgo lo que se suponía que sería un lanzamiento exitoso en Estados Unidos. En lugar de generar expectación por sus nuevos modelos, Volkswagen se enfrenta a una batalla legal que podría retrasar o incluso modificar su estrategia de ventas en este mercado clave.
A pesar de todo, Volkswagen mantiene su hoja de ruta y, si no hay contratiempos adicionales, los primeros modelos de Scout Motors podrían ver la luz en 2027, marcando el regreso de esta icónica marca al mercado estadounidense.