BMW está a punto de dar un paso revolucionario en el mundo del automóvil. No se trata solo de un nuevo diseño o de mejorar las capacidades de sus coches eléctricos, sino de una verdadera transformación tecnológica. Con el lanzamiento del BMW iX3, la marca bávara introduce una serie de innovaciones que marcarán un antes y un después en la industria.
Este modelo será el primero en estrenar una arquitectura de control completamente renovada. Mientras que los vehículos convencionales dependen de un centenar de unidades de control, el iX3 solo necesita cuatro. Estos “supercerebros” controlan aspectos clave como la conducción automatizada, el infoentretenimiento, la dinámica del vehículo y el confort del habitáculo.
El avance más impresionante es la potencia de cálculo de este sistema. Según BMW, estos procesadores son hasta 20 veces más rápidos que los de sus modelos anteriores. Esto no solo significa una respuesta más ágil, sino también la capacidad de realizar actualizaciones inalámbricas y adaptarse a futuras mejoras mediante inteligencia artificial.
Otro punto clave es la optimización del cableado. BMW ha logrado reducir la cantidad de cables en 600 metros, lo que no solo aligera el peso del vehículo, sino que mejora la eficiencia y reduce la posibilidad de fallos eléctricos. Además, han implementado una arquitectura zonal que segmenta las funciones en distintas áreas del coche, optimizando su rendimiento.
Los innovadores Smart eFuses sustituyen los fusibles tradicionales. Estos componentes digitales permiten una gestión mucho más eficiente de la energía, pudiendo desconectar circuitos antes de que provoquen fallos o distribuir la electricidad de manera precisa en cada momento.
Todo este sistema inteligente está basado en un software avanzado, con un tamaño superior a los 20 GB y más de 500 millones de líneas de código. Gracias a esto, el iX3 podrá anticiparse a problemas mecánicos, mejorar su rendimiento mediante actualizaciones y ofrecer una experiencia de conducción completamente conectada.