El mercado automovilístico europeo no logra levantar cabeza. En febrero de 2025, las matriculaciones de coches nuevos cayeron hasta las 966.300 unidades, lo que supone un descenso del 3% respecto al mismo mes del año anterior.
Este retroceso se suma al -1,9% de enero, confirmando que el sector sigue en una fase de desaceleración. Mientras tanto, en el acumulado del año, entre enero y febrero, se han matriculado 1.962.850 coches, un 2% menos que en los dos primeros meses de 2024. Una tendencia preocupante que afecta tanto a las marcas generalistas como a los fabricantes premium, aunque no todos están sufriendo por igual.
Mercedes-Benz, uno de los referentes históricos del segmento premium, ha sido la gran decepción del mes. Su volumen de ventas ha quedado muy por detrás del de sus principales rivales. Con 7.363 unidades matriculadas en febrero, la marca de la estrella se sitúa en la séptima posición, lejos del podio que una vez dominó.
Mientras tanto, BMW se consolida como la marca premium más fuerte del momento. Con 13.475 unidades, se posiciona en el tercer lugar del ranking general, solo por detrás de Volkswagen (19.565) y Tesla (15.737). Este resultado refuerza su imagen de fabricante sólido, innovador y con una oferta atractiva en plena transición hacia la movilidad eléctrica.
También Audi supera a Mercedes, con 9.868 unidades vendidas, ocupando el cuarto puesto. Esta situación deja claro que los clientes europeos están optando por alternativas más competitivas dentro del segmento premium, relegando a Mercedes a un papel secundario.
Además de las premium, marcas como Renault, Kia, Peugeot y Skoda también superan a Mercedes en volumen de ventas o le pisan los talones. El panorama no pinta bien para la firma alemana, que necesita reaccionar con rapidez si quiere recuperar su posicionamiento histórico.