El Peugeot 308, uno de los modelos más emblemáticos de la marca francesa, está atravesando un momento crítico en el mercado español. A pesar de no ser el coche menos vendido de la gama, sus cifras son especialmente preocupantes si tenemos en cuenta el segmento al que pertenece y la historia que arrastra este modelo dentro de la firma del león.
En abril de 2025, el 308 registró solo 318 matriculaciones, colocándose en la posición 87 del ranking mensual. En el acumulado del año, suma 1.762 unidades, ocupando el puesto 70. Es decir, este mes ha ido a peor en unidades vendidas. Aunque modelos como el 408 o el 5008 tienen peores cifras, sus bajas ventas eran más o menos previsibles, al tratarse de vehículos orientados a nichos más concretos.
Lo llamativo es que el 308 debería estar compitiendo de tú a tú con otros compactos como el Toyota Corolla, que se ha consolidado como uno de los coches más vendidos en España, segundo en 2024 y en lo más alto del podio en 2025. Este dato evidencia que el segmento compacto no está muerto, como algunos quieren hacer creer, sino que el problema es más bien de producto.
Mientras otros modelos de Peugeot como el 208 o el 2008 se sitúan cómodamente en el top 10 de ventas mensuales y anuales, el 308 parece haber quedado rezagado. Su rendimiento comercial no está a la altura de las expectativas ni del potencial que una marca como Peugeot puede ofrecer en este segmento.
Todo apunta a que el 308 no ha sabido evolucionar adecuadamente. Ya sea por una oferta de motorizaciones poco atractiva, un diseño que no conecta con el público actual o una estrategia de precios poco competitiva, el modelo no logra captar la atención del consumidor como sí lo hacen otros de su categoría.