Seat, Kia y compañía saben que contra este Citroën es muy difícil competir

El Citroën C4 no necesita grandes artificios para evidenciar por qué es una amenaza directa para modelos asentados como el SEAT León o el Kia Ceed. Frente a la estrategia conservadora de sus rivales, la propuesta francesa insiste en una fórmula que combina diseño, confort y eficiencia con una oferta mecánica que pocos igualan en variedad y adaptación a las nuevas normativas.

Citroën ha refinado su apuesta sin romper el molde que le ha dado buenos resultados: una silueta a medio camino entre compacto y crossover, 4,36 metros de longitud, postura de conducción elevada y un diseño que se desmarca de lo habitual en el segmento. La gama 2025 mantiene esta identidad visual, pero actualiza su frontal e incorpora nuevos acabados interiores para reforzar su carácter sin perder funcionalidad.

La clave, sin embargo, está bajo el capó. Mientras algunos rivales siguen limitándose a versiones térmicas o híbridos ligeros, el Citroën C4 despliega un abanico completo: gasolina PureTech de 130 CV, diésel BlueHDi de igual potencia, dos opciones mild-hybrid de 48V (110 y 145 CV), y dos variantes 100% eléctricas con autonomías de 354 y 416 km. Una estrategia que cubre todos los frentes sin obligar al cliente a comprometerse con una única tecnología.

El Citroën C4 tiene una gama tan amplia como racional

El ë-C4, en particular, marca distancias con buena parte de sus competidores directos, que ni siquiera ofrecen aún una alternativa eléctrica con cifras de autonomía comparables. A eso se suma una configuración interior bien resuelta, 380 litros de maletero y una dotación tecnológica sólida desde niveles medios: pantalla táctil de 10 pulgadas, conectividad completa y asistentes a la conducción en línea con lo que exige hoy el mercado.

Con precios que parten de 21.550 euros y un techo de gama que no supera los 31.000, el C4 consigue situarse como un compacto difícil de batir. No solo por su propuesta equilibrada, sino porque deja a muchos con pocas respuestas cuando se trata de competir en términos de eficiencia, variedad y relación producto-precio.