El inconveniente que frena las ventas del Omoda 5 EV

El Omoda 5 EV ha irrumpido en el segmento de los SUV eléctricos con un diseño moderno, un equipamiento generoso y una autonomía respetable, gracias a una batería de 61 kWh que permite recorrer entre 400 y 450 kilómetros con una sola carga. Con una potencia de 204 CV y tracción delantera, se sitúa en la media del segmento, ofreciendo unas prestaciones correctas y una experiencia de conducción agradable para el día a día.

El interior del modelo destaca por su presentación cuidada, con doble pantalla de 12,3 pulgadas, materiales bien ajustados y un habitáculo espacioso. A esto se suma una dotación de serie completa, con asistentes a la conducción, climatizador, acceso sin llave y conectividad avanzada. Sobre el papel, su relación calidad-precio lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan un SUV eléctrico distinto a las marcas tradicionales.

Sin embargo, lo destacable en este caso es que la propuesta del Omoda 5 EV se ve limitada por un aspecto técnico que puede resultar decisivo: su velocidad de recarga.

Una recarga más lenta en el Omoda 5 EV que sus competidores directos

Aunque el Omoda 5 EV admite carga rápida en corriente continua, la potencia máxima efectiva que alcanza se sitúa claramente por debajo de otros modelos del mismo rango. En la mayoría de situaciones reales, la velocidad de recarga apenas supera los 60 kW, lo que alarga el tiempo necesario para recuperar la autonomía útil. En corriente alterna, el sistema de carga trifásico de 11 kW no ofrece una ventaja frente a alternativas que ya permiten hasta 22 kW en este tipo de conexiones.

Por otro lado, esta limitación afecta directamente a la flexibilidad del uso del vehículo. En viajes largos, paradas breves o situaciones imprevistas, contar con una recarga más rápida marca una diferencia práctica que puede condicionar la elección final de los conductores. La menor rapidez en la recarga del Omoda 5 EV impone tiempos de espera más prolongados, reduciendo la eficiencia general del vehículo en uso intensivo o para quienes no disponen de un punto de carga doméstico eficiente.

Por todo ello, este inconveniente en la infraestructura de carga posiciona al Omoda 5 EV en una situación comprometida frente a sus principales competidores. Aunque sus cualidades generales son solventes, la lentitud de recarga puede representar un factor determinante que frena su expansión en un mercado cada vez más exigente.