Skoda está a punto de decir adiós al cambio manual
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Con esta decisión, Skoda despide un icono: el embrague manual pasa a la historia
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La nueva alternativa japonesa es, para muchos, un dolor de cabeza para Skoda o Volkswagen
Skoda prepara un cambio histórico. La marca checa, uno de los pilares del Grupo Volkswagen, está lista para cerrar una etapa que marcó su identidad durante más de dos décadas: la de las transmisiones manuales. La decisión no sorprende, pero sí simboliza el final de una era para los amantes de la conducción tradicional.
En las líneas de producción de Mladá Boleslav, donde nacieron millones de cajas de cambio, el silencio empieza a imponerse. Allí se fabricaba la legendaria MQ200, una pieza esencial para modelos pequeños y medianos del grupo alemán. Desde el año 2000 se han montado más de nueve millones, pero el reloj se acerca a su última vuelta.
Skoda escucha las preferencias de sus clientes
La razón es simple: el mercado ha cambiado. En 2024, Skoda produjo más de un millón de transmisiones, y casi tres cuartas partes fueron automáticas de doble embrague (DSG). El conductor moderno quiere comodidad, no tanto control. Y la DSG, suave, eficiente y sin esfuerzo, se ha impuesto como la nueva norma.
El adiós al cambio manual no será inmediato, pero el proceso arranca este mes de noviembre. De momento, se eliminará el turno nocturno de la fábrica, aunque la marca asegura que no habrá despidos. Los empleados pasarán a centrarse en un nuevo objetivo: la producción de componentes eléctricos, el verdadero corazón de los próximos modelos.
Otra marca que dice adiós al cambio manual
Skoda no lo ve como una pérdida, sino como una evolución natural. Con su gama electrificada en pleno crecimiento, especialmente con el éxito del Skoda Elroq, el futuro apunta a ser automático, silencioso y eficiente. La transición es estratégica y sigue el mismo camino que Volkswagen o Audi.
Aun así, el cambio tiene una carga simbólica enorme. Durante años, el cambio manual fue sinónimo de placer al volante, de sentir el coche y dominar la máquina. Ahora, esa conexión mecánica da paso a un nuevo tipo de experiencia, más tecnológica y menos emocional.