A pesar de que Brahim Díaz se luxó el hombro derecho durante el derbi del domingo pasado, no le supuso un impedimento para salir como titular y marcar el primer gol en el partido contra Las Palmas de este miércoles. Esto no significa que el centrocampista no tuviera dolor, sino que para reducirlo y poder salir al terreno de juego, tuvo que someterse a una infiltración.
Esta práctica terapéutica es una opción muy utilizada en el deporte, sobre todo en competiciones (como se ha hecho en este caso), "con el objetivo de bloquear el dolor y conseguir el máximo rendimiento". De hecho, es un tratamiento de "amplia y antigua utilización", reflejan desde la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED).
Tal y como define la sociedad, "las infiltraciones consisten en la administración local de fármacos por punción o inyección en partes blandas y articulaciones". Se utilizan para "diferentes patologías del sistema músculoesquelético con el propósito de conseguir efectos analgésicos, antiinflamatorios y la curación de las lesiones".
El hecho de que en el deporte de élite las infiltraciones estén a la orden del día es porque "ofrecen al paciente una alternativa terapéutica a otras vías de administración y, en ocasiones, su utilización supone un retorno más rápido a los entrenamientos y competiciones", apunta la SEMED.
Aunque a priori es una técnica muy sencilla de ejecutar, la sociedad puntualiza que es fundamental que el que la haga debe tener un gran conocimiento de la patología musculoesquelética, de la zona anatómica donde se va a realizar la infiltración y de las sustancias que se van a administrar.
Joaquín Más, médico especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, explicaba al Ilustre Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valencia que un fisioterapeuta "conoce la técnica y tiene destreza" para realizar una infiltración, pero "al tratarse de la administración de fármacos o derivados de la sangre, la infiltración es una técnica que debe de realizarla exclusivamente el personal médico".
Además, la sociedad también señala que es esencial "perfundir la cantidad mínima efectiva del fármaco apropiado, en la zona precisa y momento adecuado". De hecho, gran parte de los problemas de las infiltraciones surgen por:
Sin embargo, hasta la fecha, la SEMED refleja que no existe un consenso sobre la dosificación de las sustancias, el número de infiltraciones recomendables o el espacio que debe transcurrir entre ellas.
Muchos han sido los deportistas de élite que han competido infiltrados, tanto en el mundo del fútbol como en el tenis, baloncesto, etc. Sin embargo, en ocasiones, acudir a esta técnica para poder competir es motivo de polémica.
La última fue a raíz del tratamiento que recibió Rafa Nadal durante el Roland Garros del año pasado. Ante todas las críticas que recibió el tenista, la SEMED se pronunció y emitió un comunicado explicando por qué las infiltraciones están permitidas en el deporte.
Además de los aspectos que ya hemos explicado, otros de los puntos más relevantes de dicha nota fueron:
Al igual que cualquier tratamiento terapéutico las infiltraciones también conllevan una serie de contraindicaciones y efectos secundarios. Por este motivo, "antes de realizar cualquier infiltración, el paciente debe recibir tanto de forma verbal como por escrito información relevante acerca del procedimiento así como de los riesgos y beneficios asociados y debe de firmar el consentimiento de la infiltración", explica la sociedad.
La infección es uno de los mayores riesgos de esta práctica, sobre todo cuando se trata de inyecciones intraarticulares, por eso es muy importante mantener unas condiciones de esterilidad rigurosas.
Además de las infecciones, también se puede producir un hematoma local y un dolor transitorio tras la inyección del fármacos.
La sociedad también enumera una serie de situaciones en las que se debe evitar realizar una infiltración. Entre las contraindicaciones destacan: