La OCU advierte de las infecciones ocasionadas al quitar la cutícula con la manicura rusa
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La manicura rusa utiliza un torno para limar, recortar y alisar las uñas
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Al quitar las cutículas el riesgo de infección aumenta
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Médicos de familia alertan sobre los riesgos de las uñas de gel
Desde hace unos años, la proliferación de las salas de manicura en España es algo evidente, de hecho, a pesar de la cantidad de locales que puede haber en una misma zona, pocas veces se ven sin clientes en su interior. La manicura ofrece un producto similar al de la peluquería, es decir, el servicio que dan no dura para siempre y para poder mantenerlo en el tiempo te ves obligado a volver al establecimiento cada x semanas.
En una gran parte de estos salones de belleza trabajan la manicura rusa, una técnica que se ha puesto muy de moda, pero que no está exenta de riesgos. Ante esta realidad, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha emitido un aviso en el que advierte de que este tipo de manicura, pese a que "permite obtener unos resultados de apariencia muy limpia", también presenta algunos riesgos para la salud como el hecho de que "puede favorecer algunas afecciones de las uñas".
¿Qué es y en qué consiste la manicura rusa?
La manicura rusa se caracteriza por el uso de la lima o el torno eléctrico, un aparato que ayuda y facilita las tareas de limado y recorte de las uñas, y que, además de estas funciones, alisa la superficie de la uña y levanta, exfolia y elimina la cutícula -una capa de la piel un poco más gruesa situada en la zona donde nace la uña-.
Otra de las diferencias que presenta la manicura rusa es que " estas operaciones se hacen en seco, sin el remojo previo que se hace en la manicura tradicional". Además, el hecho de quitar de forma exhaustiva la cutícula hace que estas duren más tiempo 'perfectas' ya que el esmalte, bien permanente o semipermanente, "se aplica lo más cerca posible del nacimiento de la uña".
Riesgos de la manicura rusa
El principal problema de esta práctica es que elimina la cutícula y con ello su función de barrera protectora natural contra la entrada de agentes patógenos. La mayor exposición a estos microorganismos según advierten los expertos, entre ellos la Academia Americana de Dermatología, puede aumentar el riesgo de sufrir las siguientes complicaciones:
- Paroniquias, entendidas como infecciones provocadas por bacterias y hongos. Estos inflaman la piel que rodea la uña produciendo dolor y pérdida de color.
- Distrofia ungueal o "distorsión y decoloración de la estructura normal de la uña", cuyos síntomas son: "engrosamiento, decoloración, debilitamiento, formación de surcos o grietas, deformidades... y en algunos casos conduce al desprendimiento de la uña".
Consejos para evitar estos riesgos
La OCU matiza la importancia de acabar con la creencia de que las cutículas son antiestéticas y de que su eliminación es segura, por ello la organización ha dado una serie de recomendaciones para embellecer tus uñas sin necesidad de correr riesgo de infección:
- No te toques las cutículas ni limes la superficie de la uña
- Deja este tipo de manicuras para ocasiones especiales y esporádicas
- El aspecto de la cutícula mejora si te hidratas las manos y te pones guantes al hacer tareas como: fregar los platos, limpiar la casa, plantar macetas, lijar madera...
- Si acudes a salones de uñas, elige bien el sitio y asegúrate de que esterilizan los instrumentos para evitar infecciones.