Pablo Álvarez marca diferencias

Pablo Álvarez sólo necesitó un partido para demostrar que puede ser una pieza clave en el Langreo. El último fichaje puso toda su experiencia al servicio del equipo para guiar la primera victoria de la temporada ante un Marino que arrancó muy mal, pero que hizo méritos para empatar en la recta final del encuentro, pero le faltó puntería.

El equipo de José Antonio Redondo arrancó mucho mejor que el Marino. El trabajo de Mandi en el centro del campo y la participación de Pablo Álvarez hacía que el equipo azulgrana tuviese el control del encuentro y empezó a cercarse a la portería de Rafa Ponzo, sobre todo por medio de Robert.
Con Nacho Méndez y Pablo Álvarez organizando el juego ofensivo, llegó la acción del 1-0. El segundo inició una contra, vio la llegada de Pablo Acebal por la derecha y el héroe del ascenso puso un centro medido al área que Ortiz subió al marcador.
El paso por los vestuarios y la entrada de Alejandro no parecían ayudar gran cosa al Marino. El Langreo tuvo dos ocasiones inmejorables, en otras tantas jugadas de Pablo Álvarez, pero Ortiz no acertó en la primera y Boris evitó el 2-0 en la segunda.
Viendo que los locales no terminaban de cerrar el encuentro, el Marino se animó a buscar más el área. Naya sustituyó a Alan Ávila, que apenas tuvo opciones de remate en el encuentro, y el Marino empezó a llegar más a la portería contraria. Un remate del propio Naya fue la primera ocasión clara para los luanquinos.
El Langreo pareció entregar de forma definitiva el control del juego al rival y lo fió todo al contragolpe y para ello dio entrada a Robi. El Marino seguía intentándolo y Omar tuvo el empate en su cabeza pero envió el balón tras una buena jugada de Fran Pastor pero envió el balón por encima del larguero.
El dominio del Marino era cada vez más evidente, incluso cuando Espolita quedó lesionado y se mantuvo en el terreno de juego para no dejar a los suyos en inferioridad. La leyenda del 'gol del cojo' estuvo a punto de cumplirse de no ser por la buena intervención de Javi Díaz en un disparo de Espolita con el tiempo ya cumplido.
El pitido final dejó el estallido de alegría de los locales que festejaron por todo lo alto el triunfo y las cabezas bajas de los marinistas que siguen sin conocer el triunfo, después de tres jornadas de Liga.