Bartomeu, el delfín de Rosell con fama de buen gestor
Ginés Muñoz.Barcelona, 18 jul .- Seguramente jamás se imaginó, cuando el equipo vagaba como un alma en pena en el primer tercio de la temporada y Messi estaba enfrentado con el entrenador, no sólo que llegaría al 18 de julio como el favorito en las encuestas, sino que ganaría de forma abrumadora.
Él, que al primer contratiempo, no supo aguantar la presión del cargo y se apresuró a sacrificar a Andoni Zubizarreta y convocar elecciones para calmar la furia del insaciable entorno azulgrana.
Seis meses después -paradojas del destino- Josep Maria Bartomeu Floreta (Barcelona, 6 de febrero de 1963) se paseaba en campaña presumiendo de 'triplete', como si él mismo hubiese saltado al césped, cada tres días, para jugar junto a Messi, Iniesta, Neymar, Suárez y compañía.
'Triplete, tridente y Espai Barça', ha repetido como un 'mantra' para resumir su proyecto, mientras insistía en que los socios debían votarle porque era 'Bo pel Barça' (Bueno para el Barça) que siguiera siendo el presidente de un club que, según él, goza de una inmejorable salud en todas sus áreas.
Siempre ha sido consciente de que tenía casi las elecciones ganadas y que solo un inesperado desliz le podía llevar a perderlas. Quizá por eso, el delfín del Sandro Rosell ha evitado fotografiarse durante toda la campaña junto a su amigo, ese expresidente que un día se dio a la fuga dejándole solo, al frente del club, el último año y medio.
En su disfraz de candidato, 'Barto' ha intentado evitar todos los charcos -sobre todo el del espinoso patrocinio de Catar- con un discurso de perfil bajo que, en su caso, parece una traje hecho a medida.
En estas elecciones ha jugado siempre al 'catenaccio', evitando el cuerpo a cuerpo con el resto de los aspirantes, hasta el punto que solo ha acudido a un debate, el de TV3, e imponiendo previamente sus condiciones.
Y es que, como su amigo Sandro, su gesto es blando, su oratoria atropellada y no sabe comunicar liderazgo. Pero Bartomeu tiene una aura de empresario de éxito, de tipo cabal, discreto y afable que a agrada a muchos socios, especialmente a los de perfil más conservador, que en el Barça son legión.
Casado y con dos hijos, es licenciado en administración de empresas y ejecutivo MBA por ESADE. Empresario de éxito, Josep Maria Bartomeu se ha hecho rico gracias a su gestión en Adelte, una importante compañía de 'fingers', esos brazos mecánicos que unen la terminal de cualquier puerto o aeropuerto con las cabinas de los barcos o aviones y que se ha convertido en una referencia en el sector de la ingeniería de infraestructuras.
Durante su juventud, jugó a baloncesto -como base y escolta- en las categorías inferiores del Barcelona y del Espanyol y posteriormente en el Mollet y en el Santa Coloma.
Quizá por eso, Laporta lo colocó en 2003 como directivo responsable del basket azulgrana, antes de destituirlo un año y medio después al considerarlo poco afín a su causa. Aquella decisión fue el inicio de un divorcio entre Jan y los hombres de Rosell que dura hasta hoy día.
Hoy, Bartomeu tenía la oportunidad de enterrar el laportismo en las urnas y convertirse, esta vez de forma legítima, en el nuevo presidente del FC Barcelona para los próximos seis años.
Lo ha logrado sin hacer ruido. Como a él le gusta. Rodeado de su gente de confianza -solo lleva tres nombres nuevos en su lista, el resto son miembros de la anterior junta directiva- y haciendo suyo el lema de que "lo que funciona, no lo toques", como recuerda que siempre le decía su abuelo.