Uruguay dejó a la Copa sin su rey tras tres tristes partidos
La selección de Uruguay, líder el palmarés histórico de la Copa América, dejó a la competición sin su rey particular tras tres tristes partidos en los que estuvo lejos de la altura esperada.Alfonso Gil
Ahora, Uruguay debe retomar el camino de las eliminatorias, en las que ha ofrecido una imagen completamente diferente a la mostrada en Estados Unidos, ya que lidera la clasificación de la ruta sudamericana hacia el Mundial.
La lección aprendida en la Copa es la de la necesidad de enderezar el rumbo inmediatamente, ya que con los argumentos mostrados en la Copa, costará mucho estar en Rusia dentro de dos años.
El conjunto que dirige Óscar Washington Tabarez ofreció un fútbol con pocas ideas y ha dejado abierto el debate de si la ausencia por lesión del goleador Luis Suárez ha sido determinante en la trayectoria de la selección.
Limitar los problemas del juego de la selección uruguaya a esta circunstancia, supondría reducir el asunto a un episodio importante, pero no determinante.
Uruguay se marcha del torneo con una derrota en el partido inicial ante México por 3-1 y otra contra Venezuela por 0-1 en el siguiente compromiso. Ambos marcadores liquidaron de un plumazo su paso por el torneo. La victoria por 3-0 ante Jamaica en el partido final fue una anécdota.
La primera mitad del choque ante los mexicanos se decantó por juego a favor del rival. Esta dinámica estuvo condicionada en buena parte por el gol en propia meta de Álvaro Pereira a los cuatro minutos.
No empezó precisamente con fortuna su trayecto por la Copa el equipo uruguayo, que en el segundo tiempo y pese a la expulsión de Matías Vecino, fue capaz de plantar cara al rival hasta merecer el empate que llegó en un cabezazo de Diego Godín.
Después, en un final parejo, la moneda cayó de parte de México, que con dos goles ganó el encuentro, lo que obligaba a Uruguay a vencer a Venezuela.
Fue este segundo choque el peor de los uruguayos en la Copa, ya que a la pobreza de su fútbol se unió otra circunstancia adversa con el gol de Venezuela, una combinación de buena ejecución y fortuna, que noqueó al equipo de Tabarez, incapaz de reaccionar.
Con el puñetazo de Suárez al lateral del banquillo al haber calentado y no jugado finalizó la historia de Uruguay en el torneo. Quedaban por delante tres días intrascendentes de cara al partido ante Jamaica en el que la goleada por 3-0 no supuso más que un pequeño alivio en una gran herida.
En cualquier caso, para los jugadores de la selección uruguaya era importante dar la cara en ese choque para no convertir la eliminación en humillación. Sin alardes, el equipo sacó adelante el encuentro y se despidió como tercero del grupo, con tres puntos.
Con un bloque asentado desde hace mucho tiempo llegó Uruguay al torneo en el que se presentó con una columna vertebral formada por Fernando Muslera en la meta, los centrales José María Giménez y Diego Godín, el trabajo y la consistencia de los hombres de brega en la zona ancha y la referencia de Edinson Cavani en ataque.
Poco se le puede reprochar a los hombres de la retaguardia, entre los que también tuvo continuidad Maxi Pereira. Tampoco a los del centro del campo donde Egidio Arévalo Ríos o Álvaro González no escatimaron esfuerzos, pero faltó un canalizador del juego, ya que Nicolás Lodeiro no se ajustó cuando le tocó desempeñar esa función.
Edinson Cavani, el hombre llamado a complementar a Suárez, pasó a ser el responsable del trabajo ofensivo, pero no tuvo su Copa. Falló más de lo esperado y no encontró su sitio.
Sus acompañantes (Diego Rolan, Cristian Stuani o Abel Hernández) tampoco destacaron en el torneo y solo 'la Joya' Hernández vio puerta con el primer gol ante Jamaica, tras el que Uruguay ya ha empezado a pensar en el Mundial.