Dimas Delgado, el discípulo de Guardiola que vive el sueño australiano

Dimas Delgado salió de España en 2015 para jugar al fútbol en Australia. Después de tres años en el Recreativo, con problemas económicos y un descenso, decidió hacer las maletas para buscarse la vida a miles de kilómetros en un país prospero.Juan José Lahuerta
Dimas Delgado está viviendo en Australia el gran sueño americano de los años 50. Suma su segunda temporada en el Western Sydney Wanderers y se ha acomodado en un país que en octubre de 2016 tenía un 5'6 por ciento de paro y en 2015 una deuda pública del 37'64 por ciento (en España, en esas mismas fechas los datos revelaron un 19'2 por ciento de paro y un 99'80 por ciento de deuda pública).
Para un futbolista que sufrió impagos y problemas económicos en su última campaña en el Recreativo de Huelva, Australia le aporta una seguridad tremenda. Salir de España le ha venido muy bien a un jugador que tuvo varios maestros ilustres y que ahora es una pieza clave en un club relativamente nuevo pero tremendamente efectivo.
 
LA INFLUENCIA DE RIJKAARD, GUARDIOLA, INIESTA Y NAGORE
 
La historia de Dimas Delgado antes de llegar al país oceánico tiene varios nombres que le influyeron en decisivamente en su carrera. Y, casi todos, están relacionados con el Barcelona. Formado en la escuela de San Gabriel, vivió dos etapas en los filiales azulgranas. Una, en el infantil y el cadete. Y otra, en el Barcelona B después de jugar en el Gramenet.
En el filial barcelonista comenzó fuerte, haciendo la pretemporada en un equipo que dirigía el holandés Frank Rijkaard y rodeado de figuras de las que aprendió muchísimo. Sobre todo de una, Iniesta:
"Siempre he tenido pasión por Iniesta. Es mi posición y siempre me he fijado muchísimo. Tuve la suerte de coincidir y entrenar con él. Es el espejo donde me he mirado. Pero también estaba Ronaldinho, Eto'o, Deco... Para mí, que empezaba a oler un poco el fútbol profesional, disfrutaba muchísimo de cada entrenamiento", explica a EFE.
Dimas llegó con casi 23 años al filial del Barcelona, una edad elevada para un jugador de categorías inferiores. Con Rijkaard en el primer equipo no pudo debutar por esa razón. Si lo hubiera hecho, por sus años, tendría que haber pertenecido a la primera plantilla. Por eso se quedó en el Barcelona B y, en su segundo año, coincidió con Pep Guardiola, que iniciaba su carrera en los banquillos al cargo de un equipo de Tercera División.
"Guardiola impacta un poco. Para todos los que nos ha gustado el Barcelona, es un referente. De primeras, que entre al vestuario y se presente, es chocante. Desde el principio tenía un don para saber transmitir lo que quería y para que la gente creyera en sus ideas. Eso lo ha sabido mantener. Te hace creer en lo que él cree y la gente va en la misma dirección. Es el secreto que ha tenido para sus éxitos".
Su admirado Guardiola ascendió al filial barcelonista y, con 25 años, Dimas hizo las maletas rumbo a Soria para jugar en el Numancia. Allí debutó en Primera División y tuvo un maestro inesperado: Txomin Nagore, exjugador del Athletic.
"Tenía una tranquilidad terrible a la hora de jugar. Me llamó mucho la atención porque sabía qué hacer en cada momento. Siempre estaba bien colocado. El primer año, que el cambio fue tan grande y cuesta hacerse a un nuevo sitio y a una categoría diferente, me sorprendió Txomin. Fue uno de los que más me impactó", afirma.
 
LA PIÑA DEL RECREATIVO Y LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS
 
Después del Numancia, el Recreativo le acogió con los brazos abiertos. Allí se encontró a un vestuario que jamás había visto. Una auténtica piña de jugadores que eran más que profesionales. Sobre todo, eran amigos. Con Sergi Barjuan en el banquillo disfrutó de dos buenas temporadas, pero en la tercera, llegaron los problemas económicos que afectaron a los jugadores.
"Estuvimos siete meses casi sin cobrar. Fue una mala situación que aguantamos gracias al grupo que teníamos. Hubo gente que lo pasó mal. Fue un año complicado y lamentablemente descendimos", afirma.
Sin equipo, con ofertas que no le convencían, se apoyó en las sesiones AFE para mantener la forma e intentar fichar por algún club. Dimas recuerda aquella experiencia con cariño, por la dedicación de la Asociación de Futbolistas Españoles que cada año intenta sacar adelante a jugadores con algún problema.
"Vivimos unos días muy buenos con una gran convivencia y un ambiente. Entrenas, no le das vueltas a la cabeza y te pones en forma. Suelen salir equipos y hacen que se escuche que hay jugadores válidos para seguir jugando. Es una labor que hay que admirar porque todos los años lo hacen y la gente sigue encontrando equipo".
 
EL SUEÑO AUSTRALIANO
 
Cuando estaba en las sesiones AFE, recibió una llamada desde Australia. Por mediación de su representante encontró un destino que al principio, por la distancia, le hizo dudar. Sin embargo, al final se lanzó a la aventura.
"La situación en España se complicaba, económicamente para los clubes la situación era difícil. Si me hubieran dicho un país, a lo mejor el último que habría imaginado era Australia. Luego valoré la situación y se trataba de seguir haciendo carrera. Estoy agradecido al Western Sydney Wanderers la oportunidad de seguir jugando y seguir siendo valorado. Estoy muy bien aquí".
Dimas se ha encontrado un país con muchísimas posibilidades y serio. Allí, según asegura, todo el mundo tiene oportunidades y, los que van a trabajar desde fuera, tienen las puertas abiertas.
"La gente es muy amable y vive bien. Gasta dinero, compra, gana buenos sueldos y está en alza. Tienen trabajos bien pagados. Cualquier trabajador puede permitirse comprarse un apartamento o una casa que en España sería impensable por su valor. En cualquier trabajo ganan dinero, sabes que no hay problemas de cobro y que ninguna empresa va a quebrar".
Esa seriedad se transmite a la Liga australiana, la A-League, que funciona como la MLS estadounidense con clubes que prácticamente son franquicias y con topes salariales establecidos para que los jugadores cobren siempre y sin ningún tipo de problema. Uno de esos clubes es el Western Sydney Wanderers, que se fundó en 2012 y en pocos años ha ganado títulos, entre ellos una Liga de Campeones de Asia.
El Wanderers se creó por la ausencia de un club en el distrito oeste de Sídney. El otro equipo de la ciudad, el Sydney FC, representa a la gente pudiente, más sosegada cuando anima en los estadios. El Wandereres tiene una afición acorde a la zona de Sydney, con mucho inmigrante sudamericano y croata. Y, la pasión es diferente. Es la hinchada más ruidosa de la A-League.
Sin embargo, el fútbol en Australia no es el primer deporte. Por delante está el cricket, el rugby y el fútbol australiano. Y, los periódicos apenas guardan una página para un torneo que poco a poco está creciendo con una afluencia media de 20.000 espectadores en los estadios y con más presencia en los canales de televisión.
"La Liga está cogiendo fuerza. Aquí hay mucha afición al rugby, pero según por la zona que te muevas de Sídney, sí que empiezan a conocerte. Los niños cada vez más. Que haya fútbol en la televisión, que los niños lo vean y que se hable, es bueno. El fútbol acabara cogiendo fuerza y será uno de los deportes importantes", explica.
Dimas se ha hecho con un hueco importante en el Sydney Wanderers. De hecho, es el capitán del equipo en su segunda temporada. Ha tenido que adaptarse a los horarios de Australia, donde todo está cerrado a las 17:00. Y ha tenido que elevar su nivel de inglés, un idioma que acarreó algún que otro problema al técnico Guillermo Amor, también en el continente oceánico.
"Me llegó el vídeo de Amor, ha dado bastante que hablar. Pero no es fácil. Cuando uno llega a un país y tiene que expresarse en un idioma que no es el suyo... este año me hicieron capitán del equipo y he tenido que ponerme las pilas. Te das cuenta que cuando tienes que decir lo que has sentido en otro idioma, no es fácil".
Dimas Delgado suma 36 partidos en dos temporadas. Desde el centro del campo ha aportado calidad a un equipo que este año, con el curso iniciado, está en puestos que dan acceso a la lucha por el título. Su buen momento, tal vez se lo debe a la tranquilidad de estar en un club solvente. Pero, también, a su pasado, en el que fue discípulo de Guardiola para ahora ser maestro en Australia, el país de los sueños y de las oportunidades.