"Mírala cara a cara que es la tercera", una noche de UEFA en la Peña Sevillista Macarena
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¿Cómo olvidar el 14 de mayo de 2014? El Sevilla FC, bicampeón de la UEFA en aquel entonces, volvía otra vez al último escalón de la competición, un último paso para volver a ser inmortales, una final a la que no llegaban desde 2007 cuando se coronó al derrotar al Espanyol en la tanda de penaltis.
El sevillismo viajaba a Turín con la ilusión de un niño, como si se tratase de la primera vez, con ganas de volver a traer un trofeo que se estaba convirtiendo en una competición muy especial para la entidad. En la ciudad italiana le esperaba todo un gigante del fútbol europeo como es el Benfica, bicampeón de la Copa de Europa, y que llegaba como campeón de la liga portuguesa. La batalla fue muy dura, tanto que no se pudo decidir hasta una agónica tanda de penaltis. El equipo rojiblanco no decaía en el combate, ya que era llevado en volandas por miles de fieles gargantas y corazones que no dejaban de gritar y animar. El Sevilla ya sabía lo que era ganar en los penaltis esta competición y Beto se vistió de héroe, al igual que hiciese Andrés Palop, para detener dos penaltis que daban el zarpazo definitivo al torneo.
En Sevilla la afición que no pudo viajar con el equipo, se agolpaba en los bares y peñas de su equipo para apoyar desde la distancia. En la céntrica calle Feria, tiene su sitio la Peña Sevillista Macarena, fundada en 1958, una de las sedes más conocidas entre las peñas sevillistas y un lugar al que decenas de personas van para seguir todos los partidos de su equipo.
Su presidente, Francisco Romero, rememora emocionado un día que siempre estará marcado en rojo en el calendario sevillista, una fecha bordada en los corazones de cada aficionado del equipo de Nervión: “La verdad, que gracias a Dios, el sevillismo hemos tenido muchos días grandes. El que recuerdo con más cariño aquí en la sede fue la final que le ganamos al Benfica en Turín. El partido fue de mucha tensión porque el Benfica fue deportivamente mejor que el Sevilla. Recuerdo aquella jugada que sacó Nico Pareja debajo de la portería cuando se cantaba ya el gol del Benfica y algunas jugadas más que nos puso el corazón en un puño. Yo soy de los que no le gusta ver las tandas de penaltis porque me pongo nerviosísimo, entonces yo me di la vuelta, otros amigos se fueron para la calle. Poquito a poco se fue cantando los goles del Sevilla, las paradas de Beto…”
Fueron ocho los lanzamientos necesarios para terminar de derribar la fortaleza portuguesa y una vez terminados estos, Rakitić pudo levantar la tercera UEFA para la entidad: “Ya cuando el Sevilla ganó, lógicamente, esto fue una explosión de júbilo brutal. Muchos de nosotros terminamos llorando y otros abrazando. Pues acabamos, algunos que otros, subidos en la barra del bar cantando una de las típicas sevillanas de esta ciudad como es Mírala cara a cara que es la tercera”.
Esta victoria nunca será olvidada en la sede del barrio de la Macarena, lugar que está decorado con cuadros que recuerdan cada título levantado por la entidad de Nervión y que sueña con seguir buscando huecos en sus paredes para volver a colgar otra instantánea, señal de que el Sevilla FC vuelve a reinar en alguna competición.