Isco enciende la llama de la Roja en Málaga

Hacía cinco años que Málaga no recibía la visita de la selección española, y el malagueño Francisco Alarcón 'Isco' ha sido el que se ha encargado de reavivar la llama del espíritu de la Roja en la capital de la Costa del Sol.La ciudad ha olvidado durante un fin de semana la delicada situación por la que pasa el Málaga en LaLiga Santander y se ha volcado con el conjunto dirigido por Julen Lopetegui desde el jueves 9 de noviembre cuando se instaló la 'fan zone' en el centro de la ciudad.
La prueba de que Málaga es ciudad de selección se tuvo ayer cuando 12.000 almas animaron con los colores nacionales al combinado nacional en el último entrenamiento en La Rosaleda antes de medirse a Costa Rica, agotando las invitaciones.
Con la ciudad ya vestida como para las grandes ocasiones, el sábado ha llegado con ganas de fútbol y prueba de ello ha sido que tres horas antes del pitido inicial las inmediaciones de La Rosaleda estaban llenas de aficionados.
Elástica roja y bandera de España en mano -en La Rosaleda se han repartido banderines para animar al conjunto español-, la ciudad se ha echado a la calle con un nombre a las espaldas: Isco.
El malagueño ha vuelto a la que fue su casa y a la ciudad que lo vio nacer y la afición se ha deshecho en halagos con él. Las pruebas de sonido del himno nacional en La Rosaleda han caldeado el ambiente en los alrededores del estadio malacitano y a partir de las 19:30 horas, cuando se abrieron las puertas, el templo blanquiazul se ha convertido en capital del fútbol nacional.
A pocos minutos de dar comienzo el partido, la selección ha saltado al campo y desatado la locura, la afición se ha animado a ritmo de 'Y viva España' y 'Paquito el chocolatero' y con un atronador 'Isco, Isco' ha comenzado la fiesta del fútbol en la capital de la Costa del Sol.
El momento emotivo ha estado marcado por el minuto de silencio previo al inicio del encuentro en recuerdo a los recién fallecidos, los exinternacionales Manolo Sanchís y Feliciano Livilla, y el aplauso emotivo por el humorista malagueño Chiquito de la Calzada.