Investigador afirma que hay selecciones no legitimadas para un torneo FIFA
Algunas de las selecciones nacionales que juegan en varias de las confederaciones en las que se divide el fútbol no podrían disputar un Campeonato del Mundo aunque lograran la clasificación por no estar reconocidas por la FIFA, como es el caso de Gibraltar o Kosovo, entre otros.Así lo señaló a EFE el investigador José Ignacio Corcuera, que ha publicado el artículo "La incongruente Disneylandia en los organismos supranacionales" en el último cuaderno de fútbol editado por el Centro de Investigación, Historia y Estadística del Fútbol Español".
Corcuera afirmó que a nivel internacional no existe coherencia en la reglamentación futbolística, que "la principal prioridad es el dinero" y que tanto las confederaciones como la FIFA viven entre "un entorno fantástico, el patio de Monipodio y la academia financiero-contable del Tío Gilito".
"Desde hace años, los jerarcas supranacionales del fútbol parecen viven en alguna Disneylandia tan feliz como incongruente, ajenos a cualquier realidad, social, ética y económica", inicia su artículo el especialista.
Corcuera opina que algunas confederaciones han admitido a varias federaciones por intereses económicas o para garantizarse algunos votos y que la FIFA les permite hacer lo que quieran al respecto, por lo que "se podría dar el caso de que una de esas selecciones entrara en el Mundial sin corresponder a un país independiente".
Mientras la UEFA ha admitido a Gibraltar y Kosovo, Groenlandia no ha sido aceptada por la Concacaf, explicó Corcuera, quien constató esta diferencia ante casos teóricamente similares y recordó el caso de la aceptación de Australia en la confederación asiática.
"Como en Oceanía era difícil clasificarse para el Mundial por la repesca ante el quinto de Sudamérica, Australia se pasó a Asia y así encuentra más fácil acceder al Mundial. Nadie se ha cuestionado este cambio", indicó.
En España, con la Ley del Deporte, no pueden jugar clubes extranjeros pero Andorra, un país con Liga propia, tiene un equipo en España, mientras que sobre el caso de Mónaco dijo que no es ni siquiera un país, sino "un anacronismo" y al respecto explicó que los criterios se fijan "en función de por donde sopla el viento".
"San Marino tiene un equipo que compite en Italia y al final el Vaticano tendrá selección, aunque seguro que el noventa por ciento de los jugadores no habrá nacido allí", apuntó.
Corcuera recordó también el ejemplo de las islas Feroe, que son un territorio autónomo danés, pero que, en teoría, podría enfrentarse a Dinamarca.
"Ante situaciones idénticas, mientras la UEFA ha reconocido a estas islas, la Concacaf no lo ha hecho con Groenlandia que también es un territorio danés y tiene Liga. Es algo que no se entiende. Desde la seriedad, solo se puede decir que todo esto es una desvergüenza por los tejemaneje que hay", agregó.
Situaciones como las de Guinea Ecuatorial, Chipre Septentrional, Samoa Americana, o las Antillas Holandesas también son detalladas en su artículo en el habla de falta de rigor en la aplicación de criterios sobre la existencia o no de determinadas federaciones.
Al respecto también señaló que Gibraltar es "un prototipo de colonia", pero igualmente "de base militar extranjera", con un campeonato local más antiguo que el español y reconocida por la UEFA, a pesar de la oposición de los federativos españoles, pero no de las instancias políticas del país.
Bajo su punto de vista, ninguna de las elecciones de sedes del Mundial en los últimos veinte o veinticinco años "ha sido limpia" y considera que las irregularidades en el tratamiento de estados y territorios empezó hace más de treinta años en la Concacaf bajo el mandato en la FIFA de Joao Havelange.
Recordó que el "apartheid" en Sudáfrica chocó con el deporte mundial, que contribuyó a derribarlo, mientras que ahora "se asiste a la cuenta atrás de un Mundial organizado allí donde no se reconocen los derechos laborales".
También aludió al "fair play" financiero, sobre el que dijo que se incumple sistemáticamente. En su artículo señala que es algo "burlado por trileros" y que "el látigo solo se aplica a los más débiles" en alusión al caso del Málaga y de un par de clubes rumanos.