El gesto de grandeza de Robert
Son días raros en el seno de la selección española. De luto por el triste desenlace del grave problema familiar que cambió de golpe la vida de Luis Enrique Martínez. Con su sustituto tras la renuncia como seleccionador, Robert Moreno, intentando estar a la altura de la oportunidad de su vida mientras dedica un gesto de tal grandeza que lo define.
Como si el cargo no le correspondiese a Robert no se le ve disfrutar como nuevo seleccionador. El momento no acompaña. Su deseo es que nunca se hubiese tenido que marchar Luis Enrique, a quien una llamada el 25 de marzo le cambió la vida para siempre. Estaba en Malta, en vísperas de un partido de España en su firme camino a la Eurocopa 2020, cuando le comunicaron que su hija sufría una enfermedad sin cura y le quedaban pocos meses de vida.
El fútbol pasó a otro plano en ese mismo momento para Luis Enrique que cogió un avión y ya no se despegó de Xana hasta el triste día de su adiós el pasado 29 de agosto. Fue un golpe que afecta a la selección, donde se vive una concentración diferente. De luto. Ya sin el que era su referente, el elegido para devolver a la Roja al camino del éxito y que se ganó a todos por ir de frente, su complicidad con el futbolista y unos amplios conocimientos futbolísticos.
Pero en eso no piensa de momento Luis Enrique, que atraviesa por el momento nunca deseado por un padre y ni ha valorado la opción de respaldarse en el trabajo para superarlo. Pero le llegará seguro el gesto humilde de su amigo Robert. Una persona que antepone la amistad a todo y que demostró que lo que más feliz le haría, por encima del éxito personal, es volver a trabajar junto al técnico que tocó el cielo.
Juntos triunfaron en el Barcelona. Nueve años sin separarse. Los conocimientos de Robert, sus análisis de rivales, el buen manejo de aspectos tácticos y acciones a balón parado le convirtieron en la mejor pareja de Luis Enrique. La desgracia les ha separado y le ha presentado la oportunidad de su vida de la forma que menos deseaba.
"Siempre pensé llegar a ser primer entrenador algún día; pero no de esta manera", confesó en sus primeras palabras como seleccionador en una rueda de prensa que jamás quiso dar y en la que se marcó un objetivo: ganar la Eurocopa para su amigo Luis.
Todos entienden que la actual selección tiene el sello de Luis Enrique y que perdurará un tiempo. ¿Y si el asturiano se plantease volver?. Fue una pregunta que pudo esquivar Robert Moreno, de gran dialéctica en sus comparecencias, que tuvo la opción de trasladar al director deportivo de la Federación, José Francisco Molina, que asistía de pie a su rueda de prensa y escudarse en que siente la confianza de los que mandan.
Pero no, Robert fue ante todo amigo y humilde. "No creo que piense en eso ahora", explicó antes de invitar a su regreso. "A Luis lo considero un amigo y los amigos están por delante de cualquier proyecto que tienes en la vida porque si no se pierde algo que todos tenemos que tener, que es ser persona. Si llegado el momento él decide que tiene ganas de volver, yo voy a ser el primero, y además encantado, de dar un paso a un lado y trabajar con él".
