Cuando Virgil van Dijk estuvo tan de cerca de morir que escribió su testamento
El holandés Virgil van Dijk, jugador del Liverpool, se ha convertido en uno de los mejores defensas del mundo. Fue uno de los principales artífices de la Champions League que logró su equipo y del acceso a la final de la Liga de Naciones de la selección de Holanda. En los últimos meses, no ha parado de recibir premios (compitiendo de tú a tú con Leo Messi y Cristiano Ronaldo), pero no todo en su carrera fue de color de rosa.
Y es que en 2012, cuando sólo tenía 21 años, y soñaba con llegar lejos, estuvo al borde de la muerte. "Recuerdo todo al respecto. No voy a mentir, estaba bastante asustado. Podría haber muerto", relató a la revista Four Four Two, donde habló detalladamente de este suceso que marcó por completo su vida.
El motivo es que Virgil van Dijk "comía porquería todo el tiempo". Por motivos futbolísticos tuvo que deja su casa para intentar labrarse un futuro y eso le pasó factura. Ese cambio de hábitos comenzó a generar consecuencias en su cuerpo, a tal punto que un día no pudo presentarse a entrenar.
Virgil van Dijk: "Todo lo que pude ver fueron tubos colgando sobre mí, mi cuerpo estaba roto y no podía hacer nada",
"Al principio, pensamos que tenía gripe, estuvo en casa unos días con mucho dolor abdominal", detalló su por entonces director técnico, Dick Lukkien, que añadió que: "Fue al hospital local pero no pudieron encontrar nada malo, así que lo enviaron a casa. Fue solo su madre quien vio que esto no era normal y lo llevó de regreso al hospital, fue crucial para salvar su vida".
El parte médico oficial parecía letal: apendicitis, peritonitis y un riñón infectado. "Todo lo que pude ver fueron tubos colgando sobre mí, mi cuerpo estaba roto y no podía hacer nada", recordó Van Dijk, quien ante esta terrible situación escribió su propio testamento: “Si hubiera muerto, una parte de mi dinero hubiese ido para mi madre. Por supuesto, nadie quería hablar de eso, pero teníamos que hacerlo, todo podría haber terminado”.
Por suerte, la enorme labor de los médicos le salvaron su vida y la cambiaron para siempre. "Por suerte, me recuperé. Fue una gran bendición salir del otro lado con mi salud. Me he asegurado de que mi dieta mejore mucho desde entonces", concluyó el futbolista holandés.
