La dura realidad de Paul Merson y el alcoholismo que casi le mata: "Tenía las pastillas en la mano"
No todo es felicidad cuando algunos futbolistas dedican poner fin a su carrera. Si no que se lo pregunten a Paul Merson, leyenda del Arsenal con más de 257 partidos en el club inglés, que lucha contra su adicción al alcohol y sus problemas mentales.
Justo cuando se van a cumplir un año que fue a alcohólicos anónimos, escribe él mismo en el Daily Star pare revelar que la depresión que sufrió estuvo a punto de llevarlo a la muerte. "Espero que ayude a alguien. Si incluso una persona lee esto y les ayuda, entonces valdrá la pena", dice antes de contar su dura realidad.
Paul Merson, exjugador del Arsenal: "No encontraba una salida. Tenía las pastillas en la mano. No me tomé las suficientes, pero las tenía ahí, con vodka. Fue espantoso"
Y es que el exfutbolista inglés casi se suicida: "No encontraba una salida. Tenía las pastillas en la mano. No me tomé las suficientes, pero las tenía ahí, con vodka. Fue espantoso. El único motivo por el que no lo hice fueron mi mujer y mis hijos. Y por tener algo de conciencia. Quizás miedo, también. Tenía miedo de hacerlo. Cuando estás así, no eres capaz de ver cómo salir", desvela.
Paul Merson y un consejo: hablar
"Dejé de beber el pasado 6 de enero. Decidí que ya era suficiente. Nadie tuvo que decirme que necesitaba tratamiento. Recuerdo que caminaba a casa desde el pub y pensé: ‘Ya no quiero ser así. Tengo una familia’. Fui a Alcohólicos Anónimos al día siguiente" sigue contando.
“No quiero suicidarme más. Ya no tengo esos pensamientos. No llevo el mundo sobre mis hombros, caminando con culpa. No estoy bebiendo y jugando todo el tiempo y preguntándome por qué me estoy haciendo esto a mí mismo. Sólo ahora sé. Tengo una enfermedad mental. Lo acepto. Pero cuanto más se habla de ello, más se le quita el poder. Llamo a la gente y les digo si no me siento bien. Antes, me encerraba en la oscuridad, corría las cortinas y veía sonar el teléfono. Las personas me llamaban para ayudarme, pero yo no respondía las llamadas. Es el peor lugar para estar, teniendo el temor de que nunca mejorará, tienes que hablar. No me malinterpreten, tengo días malos. Pero los días malos son mejores que antes", añade.
"Si tengo un consejo que dar a la gente, habla. Nada mejora si no hablas. Una vez que hablas con la gente, comienzas a ver la luz", afirma Paul Merson.