Andreas Brehme, de ganar un Mundial a Maradona a ganarse la vida como limpiador
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Fue 86 veces internacional con Alemania
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Debutó como jugador y como técnico en el Kaiserlautern
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También jugó en Inter de Milán y Zaragoza
El exfutbolista y extécnico Andreas Brehme ha fallecido este martes a consecuencia de un paro cardíaco. Una leyenda del fútbol alemán que consiguió superar en el Mundial a toda una selección de Argentina, comandada por el malogrado Diego Armando Maradona, en el Mundial 1990 en Italia, y que terminó ganándose la vida como limpiador de baños.
Brehme probó suerte como entrenador tras colgar las botas
Una situación a la que se vio obligado a consecuencia de una complicada situación económica que le hizo buscar trabajo fuera del fútbol.Anecdóticamente fue otro exjugador germano, Oliver Straube, quién le ofreció una salida trabajar en una firma de canalizaciones para la limpieza de inodoros
Una deuda de 200.000 euros con el fisco le obligó en 2014 dejar atrás sus años gloria como futbolista y encontrar la manera de poder hacer frente a sus problemas financieros. Deutsche Welle desveló que el exfutbolista tenía una deuda con un prestamo privado tras hipotecar su casa por 400.000 euros.
Una situación por la que no dudó en manifestar el sindicato de futbolistas recalcando que busca enseñar a los futbolistas a evitar este tipo de situaciones que "no sabe como ganar dinero lejos" del terreno de juego. Por otro lado, Beckenbauer remarcó que el fútbol alemán tenía "la responsabilidad de ayudar a Andreas Brehme".
Tras un paso por Alemania en el Kaiserlautern en dos etapas distintas, el Bayern de Múnich, el Inter de Milan y el Zaragoza, colgó las botas con dos Bundesligas, una Serie A y una Copa de la UEFA. Sin embargo, donde más se le recuerda es por su gol de penalti cinco minutos antes del pitido final de la Final ante la Argentina de Maradona. Un tanto que hizo con su pierna mala, la derecha, cogiendo desprevenido a Sergio Goycoechea, el guardameta argentino, para vencer a la albiceleste.
Posteriormente, en el año 2000 probó suerte en el banquillo del equipo de su vida, el Kaiserlautern y en el Stuttgart, pero no acabó teniendo éxito. Lo que le llevaría a buscar un trabajo lejos del fútbol.