La RFEF despide a Albert Luque y a otros tres directivos por el Caso Jenni Hermoso y la Operación Brody

Los dos casos judiciales que tienen en vilo a la RFEF, el de Jenni Hermoso por el beso no consentido de Rubiales en la celebración del Mundial, y el Caso Brody por posibles contratos fraudulentos, empiezan a cobrarse cabezas en el máximo organismo mundial. Albert Luque, ex director deportivo Selección y Rubén Rivera, director de marketing, han sido despedidos de manera fulminante. Ambos han sido este miércoles requeridos para juicio oral junto a Luis Rubiales y Jorge Vilda por el caso de Jenni Hermoso. En el caso de los dos ya ex directivos, por presuntas coacciones tras el beso no consentido del expresidente de la RFEF.

Además, la Federación ha despedido Pedro González Segura, responsable de servicios jurídicos y hermano de Ángel González Segura, empresario de la construcción al que vinculan con diferentes presunto contratos fraudulentos de la RFEF en la etapa de Rubiales. También ha sido despedido Jose Javier Jiménez, responsable del departamento de operaciones y personas (recursos humanos). Estos dos despidos se deben también a que ambos están imputados en el Caso Brody, que investiga la presunta corrupción en diversos contratos durante la presidencia de Luis Rubiales.

Todos estaban apartados de sus funciones desde el pasado mes de marzo, tras conocerse su imputación en los diversos casos que planean sobre la RFEF. En cualquier caso, quien se mantiene en lo más alto del fútbol español es Pedro Rocha, que se encuentra en Tailandia asistiendo a una reunión de la FIFA. El recién nombrado presidente de la Federación también está imputado en el caso Brody. En un principio sólo iba a acudir a los juzgados como testigo pero durante su propia declaración la jueza de Majadahonda que instruye el caso decidió cambiar su condición a la de investigado.

El año más convulso de la RFEF con la Eurocopa y el Mundial 2030 en el horizonte

Estos cuatro despidos vienen a sacudir aún más el incierto panorama de la Federación. Un panorama que viene siendo más que sombrío desde el pasado verano cuando Luis Rubiales decidiera robar sin su consentimiento un beso en la boca a Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial femenino. Desde entonces, la RFEF vive en un constante terremoto, en año de Eurocopa (queda exactamente un mes para que dé comienzo) y con la designación de España como sede del Mundial 2030. Un hecho que tiene especialmente activo y preocupado al Gobierno que, a través del CSD, lleva semanas moviéndose para tomar el control de la RFEF y devolver la credibilidad al máximo organismo del fútbol español.