'Romanos y galos', la semifinal vista por Koikili Lertxundi
El jugador del Athletic Koikili Lertxundi compagina su carrera deportiva con su trabajo en Itzarri Consulting. El lateral de Otxandio escribe un blog con interesantes reflexiones. En este caso no ha podido permanecer ajeno a la actualidad que pasa por Anduva con la semifinal de Copa. Curiosamente como nos cuenta Koi, los chicos de pouso tienen esta vez el papel de galos de la irreductible aldea. Y un Athletic que siempre tiene ese papel ante los clubes más ricos por su romántica (aunque competitiva) filosofía, ahora tiene que ponerse el casco, las 'caligae' y empuñar el gladius. le toca hacer de romano.
Escribe Koikili Lertxundi:
Ciertamente estos argumentos podrían ser importantes a no ser que tengamos en cuenta otro tipo de cuestiones aun más determinantes. Por un lado, la repercusión generada por el hecho acontecido ha ido muy lejos, desde la propia ciudad hasta cada rincón del resto del Estado, desde futboleros a románticos, pasando por las personas a las que les atraen las historias épicas. Toda esta relevancia nos indica que algo importante ha sucedido, tan importante como difícil, puesto que se trata de la segunda vez ocurre en los últimos 10 años, la anterior fue en el año 2002, cuando el Figueres consiguió clasificarse para semifinales de la Copa del Rey.
Con un presupuesto 1,2 millones de euros ha sido capaz de tumbar a 3 equipos de primera División, el Villareal, el Racing de Santander y el Español, con presupuestos de 67, 29, 47, millones de euros respectivamente según diversas fuentes (Guía Marca 2012, LFP y páginas web de los clubes). Estas eliminatorias han sido a doble partido, dando así gran valor al logro cosechado, mas aun cuando en campo rival únicamente ha perdido contra el Español, por 3-2 (en el minuto 85 ganaba 0-2). Por lo tanto, se puede concluir que este equipo de menor categoría, está dando un nivel dos escalafones superiores.
Además de ello hay que tener en cuenta que no solo está dando ese nivel en esta competición, puesto que en su liga es líder indiscutible con 6 puntos de diferencia con respecto al segundo clasificado y 10 en relación al tercero. Otro dato, ostenta el record de imbatibilidad durante esta temporada, alargado hasta la jornada 17.
¿Dónde se encuentra el secreto de este milagro? ¿En los jugadores? ¿En la afición? ¿En el técnico? Sinceramente creo que en todos. Y es que cuando los pensamientos estratégicos se comparten... ¡algo bueno tiene que suceder! Por un lado, el Mirandés cuenta con un plantel de jugadores experimentados, que a pesar de su edad, no se resignan a lograr algo importante tanto para ellos como para la ciudad a la que representan. Quieren ser importantes para su afición y se están convirtiendo en ídolos. El año pasado se quedaron a las puertas del ascenso y este se han marcado ascender, van por buen camino.
Qué decir de la afición, hinchas al más puro estilo inglés, que van al campo a animar a su equipo hasta la extenuación, en lo bueno y en lo malo. Su ambiente me recuerda mucho al que se vivía en el viejo Lasesarre o el que se vive en Las Llanas. Aficiones entregadas donde las allá, que dan aliento a los suyos e impresionan al contrario. Se trata del número 12, aquel que no juega directamente, pero que es capaz de convertir en gigantes a sus pequeños gladiadores y en enanos a grandes oponentes. El mismo número 12 que está desapareciendo de la inmensa mayoría de los estadios de nuestra liga, y que cuando aparece, da alas a los suyos, les llena de orgullo y da envidia sana tanto los visitantes como a los seguidores de otros lugares.
Por último y quizás una de las razones más importantes, reside en la persona de Carlos Pouso. Los que hemos tenido la suerte de poder ser entrenados por él, hemos comprobado que es un tipo especial, capaz de convertir a sus equipos en mejores de lo que a priori son. A base de trabajo, humildad e intensidad, sus equipos demuestran ser valientes, con gran fortaleza física y una moral inquebrantable. Son equipos de una raza especial, de esos de los que uno se siente orgulloso de haber formado parte. Una de las grandes frases que a Pouso gusta airear, resume a la perfección el carácter de su equipo: “seremos once de la Galia contra once romanos”. Su cercanía se puede asemejar con la de un gran aitatxu, ofreciendo además de conocimientos sobre futbol, cercanía y total confianza a sus hijos, tanto dentro como fuera del ámbito futbolístico. Cuidador con mesura del ambiente de la caseta, consigue ser tan querido como quiere el a los suyos.
Todo ello nos indica que nos encontramos ante un rival especial, muy peligroso, ilusionadísimo, ambicioso, crecido, repleto de vascos y al cual tendremos que respetar igual que a los demás. Sabiendo todo esto, debemos ponernos a su altura dejándonos la piel en cada jugada, en cada acción, con la misma ambición, humildad e intensidad, pero sobre todo tenemos que jugar mejor que ellos para poder estar en la ansiada final. El hecho de que estén en una categoría inferior es anecdótico, a los hechos me remito, por lo que debemos reflejar en el campo que realmente somos mejores. ¡Esta vez nos toca ser romanos!
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