El Hapoel se lleva de San Mamés un increíble empate con el trasero (1-1)
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La fortuna esquiva a Llorente en su reencuentro con San Mamés
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Susaeta: "Parece mentira que hayamos acabado en empate"
Asís Martín III BilbaoIncreíble que el partido acabara en empate. La segunda parte con la entrada de Llorente ha sido un aluvión para un Athletic que firmó 29 remates, 10 del riojano. Ha recordado al inicio de la pasada campaña donde Bielsa veía 'falta de pericia'. El fútbol premia a un Hapoel que marcó de rebote y con el trasero.
Queda claro que Marcelo Bielsa no termina de ver la opción de jugar con Llorente y Aduriz a la vez. Hoy les ha dejado juntos tan solo 12 minutos. Ese es un debate futbolístico, pero lo que no es de recibo es la división de opiniones en San Mamés para recibir a un jugador rojiblanco, como pasaba en la salida del riojano. Aparte de eso, los leones hoy desperdiciaban casi todo el primer tiempo y todo un rosario de ocasiones en la reanudación. Ahora habrá que recuperar en Praga, por ejemplo, los puntos que han volado.
El desconocido campeón de Israel era el bálsamo llamado a atemperar el stress que sacude al club rojiblanco. Pero ni el ambiente ni el viento sur eran propicios de entrada. El síntoma es que la primera llegada cerca del área bilbaína acaba en un gol de churro tras dar un mal tiro que daba en el culo de Lencse engañando a Iraizoz. ¿El minuto? El 13. Para que quieres más. El tanto fue un mazazo que atascó a los leones un buen rato; robaban fácil, pero eran incapaces de tener control en los pases en áreas complicadas.
Bajo el extraño fenómeno de los primeros tiempos hubo que tirar de la inspiración individual para romper el bloqueo. Lo hacía Susaeta que tras un jugadón personal en el 28' tocaba los dos postes. Pese a que los de Landau no han parecido gran cosa en ninguna faceta, era el propio Athletic el que dominaba pero no tenía melodía. En el 36' Aritz Aduriz erraba un cabezazo marca de la casa tras centro del debutante Xabi Castillo. La cosa ya tenía otro fuste. Finalmente sería el renovado Susaeta el que fusilaba el empate para poner en valor que los de Bielsa eran muy superiores. Con ese sorprendente 1-1 se retiraban ambas plantillas al vestuario.
A la vuelta saltaba Llorente, con división de opiniones, para formar durante unos minutos la temida dupla ofensiva con Aduriz. El riojano salió como un morlaco. Volvía a soltar un jugadón en su primer contacto con el esférico y seguido un larguero que hacía brotar los aplausos. A este chico se le necesita, el resto es poesía romántica. La segunda parte se convertía en un monólogo bilbaíno con los del 'Loco' volcados ante un rival que se refugiaba en dar leña mientras acumulaba tarjetas.
En plena avalancha de córners maravillosamente botados por Ibai, en el 63' Rochet salvaba bajo palos un cabezazo de Llorente. Se mascaba el gol pero se fallaban ocasiones sin cesar para intranquilidad de la grada. Hasta el israelí Gazal se quejaba como en el Muro de las lamentaciones, viendo como los centros con el exterior de Ibai le dejaban como un niño ante Llorente. El gigante las remataba todas, pero sea por dirección o por un paradón de Amos, no entraba ni una. Pese a los cinco minutos de descuento no hubo manera y de forma injusta y con un gol marcado con el trasero el Hapoel se llevó un empate que nunca mereció. En el otro partido del grupo el Lyon ganaba 2-1 al Sparta de Praga, próximo rival de los leones en esta competición.