Iraizoz: "No soy quien para juzgar a la afición, solo digo lo que sentí: soledad, pena y mucho dolor
Gorka Iraizoz, guardameta del Athletic, ha comparecido en Lezama por primera vez desde la crisis sufrida en la portería rojiblanca, que quedó reflejada en un fugaz relevo de dos partidos a cargo de Raúl y finalmente solucionada con el regreso del navarro debido a su mayor "fortaleza mental" para sobreponerse a los errores observada por Marcelo Bielsa.
Lo más duro de todo fue digerir el trato que le dio un amplio sector de la afición de San Mamés en el 0-4 ante el Espanyol. Recibió pitos. Y lo que es peor, aplausos cargados de sorna. "No estoy aquí para juzgar ni reprochar ni valorar esas cosas que ocurren, solo puedo decir lo que yo sentí. Lo que pasó ante el Espanyol me hizo sentir mucha pena y mucho dolor, me sentí muy solo", confiesa.
El míster tampoco le brindó su apoyo, puesto que a raíz de los dos importantes fallos cometidos en los dos primeros goles y de la hastiada reacción de San Mamés, le retiró la condición de titular. "Hace dos años decidí no leer lo que escribe la prensa. No tuve información de lo que dijo Bielsa ni nadie", despeja.
El navarro, durante estas complicadas semanas que le ha tocado vivir, ha vivido "un período de mucho trabajo y mucha reflexión". Esto último ha sido especialmente relevante en su recuperación, plasmada en los blindajes ante Osasuna y Valencia desde su regreso al once. "He tenido que hacer mucho trabajo mental durante muchas horas para dar mi mejor versión". Una labor que no ha realizado solo, puesto que "hace tiempo que trabajo con un coach y mi gratitud es inmensa hacía él". Porque pudo dar un gran nivel ante los chés y blindar la portería de La Catedral, lo que le dejó "aliviado". "Pude sentir muy cerca de mí los aplausos de la gente, que me hicieron sentir muy aliviado y sentirme dentro otra vez de esa familia del Athletic, mientras que el día del Espanyol sentí la soledad del portero más que nunca".
Este negativo episodio, pese a todo, no ha afectado a su sentimiento rojiblanco. "El Athletic siempre será mi primera opción. Ahora y siempre", sentencia, antes de recordar que "llegué a Lezama con 18 años, luego me tuve que ir, pero cuando quisieron que volviera a mi casa, fue mi primera opción".
Iraizoz, una vez reconciliado con la familia rojiblanca, busca algo positivo que sacar de toda esta historia. Y lo más bonito, sin duda alguna, es el nacimiento de su hija, que coincidió con los momentos más duros. El portero se ha emocionado, teniendo que hacer pausas para reprimir las lágrimas, al expresar que "este mes mi familia me ha brindado lo más bonito que tengo, que es mi hija, y parece mentira que en circunstancias de este tipo la vida te regale algo tan precioso".
Iraizoz, por último, ha querido solidarizarse con su compañero Raúl, que ahora mismo atraviesa una situación tan dura o más que la que tuvo que afrontar el mismo al haber perdido la titularidad tras solo dos partidos en su gran oportunidad al frente de la portería rojiblanca. "Raúl tiene una situación muy dolorosa, difícil e inmerecida, pero antes o después demostrará lo bueno que es. A mí me demuestra todos los días lo grandísimo portero que es", subraya.