El Athletic se instala en la planta noble de la Liga tras superar al Barça

Asís Martín IIISan Mamés sigue invicto después de que el Athletic haya batido merecidamente a una versión menor del FC Barcelona (1-0) con gol de Iker Muniain. Los de Valverde, que han tenido varias ocasiones clarísimas, han dado una exhibición de entrega liderados por hombres como Toquero o Rico que hoy han estado brutales.
La tercera victoria consecutiva coloca a los leones cuartos en plaza de Liga de Campeones una vez consumidas 15 jornadas del campeonato.
Habían sido muchos ya 20 partidos consecutivos sin ganar al todopoderoso ogro culé, y el triunfo ha sido incontestable en base a un derroche excepcional de fuerzas, que ha llevado a que jugadores como Xavi o Iniesta pasaran desapercibidos y fueran cambiados. Ha sido el mejor encuentro de la temporada, ante el rival más deseado, lo que otorga a un plus a las aspiraciones rojiblancas de asentarse entre los mejores por derecho propio. Ante las ausencias de Aduriz y Sola apostó Valverde por el trabajo estajanovista de Gaizka Toquero, primoroso, supraterrenal en un once al que volvían Gurpegui y Markel Susaeta. Cambios para apretar a un rival que pese a las bajas de Valdés, Messi, Alves o Puyol presentó un auténtico equipazo.

El inicio del partido se vivió bajo el denominado 'efecto espejo'. Ambos equipos bebían de las mismas fuentes de inspiración y presionaban al rival como si les debiera dinero. Solo que los leones, jugando en casa, todavía abrieron un poco más la brida del turbo comandando con fuerza el choque Rico. Los rojiblancos robaban fácil buscando luego el despliegue rápido que generaban unos motivadísimos Muniain y Ander Herrera. Y, es que el de Arrigorriaga hasta se atrevió con un par de tiros dejando a Iturraspe de ancla firme.
Pero no se creó peligro real salvo en un despeje de Adriano mal controlado por Susaeta y los culés, evidentemente, fueron espabilando poco a poco conforme bajaba algo la presión y con balón ya se sabe que tienen trilita. A los once minutos Gorka tuvo que salvar una clara ocasión de Neymar en la primera estirada del los del Tata. O se dio un respingo con el palo, anulado por fuera de juego, del excrack del Santos después de dos taconazos de fútbol sala.
La dinámica sin lugar a dudas había cambiado y eran los de la senyera quienes pasaron a cortar el bacalao con su juego de medias puntas eléctricos. Situación que provocó la amarilla a Mikel Rico porque ahora a los bilbaínos les tocaba correr en exceso hacia atrás. Ahí crujían las costuras acumulándose el riesgo sobre la zona de Balenziaga al que en ocasiones Muniain dejaba solo ante el peligro. Los visitantes andaban listos tirando diagonales a ambas bandas y hay que agradecer que las botas de Neymar no estaban por la labor porque tuvo dos balones para hacer pupa en los que acabó besando la hierba. Se las tuvo que cambiar y todo.
Pero no crean, el encuentro se fue equilibrando e incluso fue tiñéndose de tinte zurigorri de ahí hasta el final. Xavi no la olía y ninguna de las llegadas barcelonesas fue ni un 10% de clara como la que tuvo el 'Bart' de la Txantrea en el 29' a medio metro de la raya de gol y que regaló inocentemente a Pinto al tocarla con menos fuerza que la UGT con Franco. ¡Vaya desperdicio!
También en el 39' Toquero, que se estaba dejando la piel, los huesos y hasta la vida, remataba fuera una bonita contra que el trabajo de presión había generado. El de Ariznabarra no tiene gol, le falta calidad técnica, vale, pero quien le niega que es casi un superhéroe de la Marvel cuando coge la moto. Que tio, que derroche. El y sus compañeros nos brindaron una entretenida primera parte en la que la pena es que no se pudo cantar ningún gol.