El Athletic puso el dominio en el derbi, pero la Real los goles
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El Athletic abrumó a la Real en números, menos en el más importante
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"Hemos perdido una oportunidad inmejorable para ganar en Anoeta", lamenta Valverde
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Aduriz: "Este derbi era el día señalado, pero no hemos estado a la altura"
Asís MartínIIIEl Athletic ha superado a la Real en posesión (35-65%) y le ha abrumado en llegadas al área (12-37), pero ha sido incapaz de poner buenos centros y de hacer peligro en el derbi disputado y perdido (2-0) en Anoeta este domingo. Los goles de Griezmann y Rubén Pardo permiten a los donostiarras ponerse a un punto de los de Valverde en la pelea por la última plaza de Champions.
Tiene el conjunto vizcaíno un problema serio arriba. Aduriz no está por su pubalgia, Sola por su gemelo y Toquero nunca ha sido un killer, porque es digno de una urticaria que el dominio ejercido en el protestón campo txuriurdin dé para tan poco rédito. Y eso que Muniain ha sido uno de los más destacados. Empieza mal el cargado mes de enero, pero al menos el equipo mantiene su intensidad y su brega constante apostando por el juego combinativo. Hace falta dar un paso en la delantera para no tener que vivir siempre de goleadores inhabituales como Rico o Mikel San José.
Una vez más Ernesto Valverde daba su pincelada al once, en este caso con la entrada de Oscar De Marcos en el lateral derecho dejando a Iraola en la banqueta, algo que ya sucediera en el empate del Sánchez Pizjuán. Volvían los leones a Anoeta, donde el ya lejano 23 de agosto en otro derbi superaban a Osasuna ejerciendo de locales por (2-0). Y se ve que le habían cogido el gustillo a la cosa porque ofrecieron una buena presencia de salida, fuertes en la presión y verticales hacia el área de Bravo.
La batalla del centro del campo la gobernaban Rico e Iturraspe, mientras que Muniain aparecía constantemente tanto por banda como por dentro.
No es que hubiera ocasiones pero sí control vizcaíno, que no evitaba sospechar que a la Real con las balas que tiene arriba tampoco le importaba demasiado ceder la posesión. Así que el quid estaba en ser muy aseados en los pases. Pero le costaba a los de Valverde superar el test de los últimos metros, con varios errores claros, e iba a ser la estrategia la que pondría la salsa. Laporte lo intentaba en el 16' con una falta directa. En Lezama suele ensayarlas y lo cierto es que, a colocar, fue bien tirada.
A los txuriurdines, encogidos, frente a la actitud de su público que pedía manos hasta en el parking, les costó casi 21 minutos aproximarse a los tepes de Iraizoz. Vela optó por bajar a recibir y tomar el mando mientras el temido Griezmann se cambiaba de banda escapando del pulmón de Laguardia.
Era el delantero mexicano quien más peligro llevaba, mientras que Herrera y Muniain firmaban las mejores pinceladas bilbaínas. Aunque en realidad el gol lo tuvo Gurpegui, al cabecear fuera por centímetros el primer córner del partido.
Eran las faltas laterales donde el Athletic incidía ante un rival que había estirado líneas subido a la mochila del peleador azteca. En otra botada en el 37' Iturraspe volvía a rematar fuera, en lo que suponía el quinto remate zurigorri por dos tan solo de los donostiarras.
La pena es que dominando la posesión 44-56% y sumando 17 llegadas luego se estuviera tan obtusos en el último pase, el que decide. Y se iba a pagar en ambos periodos. Los de Arrasate tuvieron su arreón en la recta final del primero y Griezmann, tras dos obuses desde la frontal, anotaba un inmerecido 1-0 que dio paso al descanso aprovechando además la molestia de Carlos Vela a Gorka. Un gol dañino en un momento doloroso. Pero fuera de juego no era porque Balenziaga lo rompía.
Sin cambios comenzaba un segundo tiempo en el que tocaba intentar la enésima remontada de la campaña. Algo nada sencillo porque la Real una vez que mete el cuchillo rara vez perdona. Y de hecho los blanquiazules salieron cual fieras provocando por ejemplo un poste 'en propia puerta' de Iturraspe al saque de un córner. Eran los momentos más complicados porque además el Athletic era incapaz de poner un centro en condiciones a un Aduriz al que ya de por sí no le salía nada de nada.
Visto lo visto Iraola, que igualaba a Urzaiz con 367 partidos de Liga, entraba por Balenziaga pasando De Marcos a la izquierda con objeto de mejorar las prestaciones ofensivas porque el dominio era totalmente estéril. La posesión se disparaba a un 36-64% pero era para tirarse de los pelos ver la elección para resolver cada ataque.
En el 60' se pedía penalti y expulsión por una mano de Markel Bergara que el trencilla andaluz vio como involuntaria, aunque hablar de 11 metros con el Athletic ya no se sabe si sería ocasión manifiesta de gol la verdad... Pero Jagoba Arrasate, tras quitar a Agirretxe para meter un centrocampista, dejo claro que él no confiaba tanto en que los vizcaínos estuvieran siempre tan fallones. Metidos atrás esperaban y la tuvo Griezmann para sentenciar en el minuto 70, afortunadamente su disparo a la contra lo despejaba Iraizoz, en una de sus escasas intervenciones de la noche.
No crean, no fue mejor síntoma el que Herrera disparara entre los tres palos en el 77', ya que en realidad fue el primer tiro que enmarcaba los 7'32 de la portería. Faltaba gol, así que Txingurri activó a Toquero para jugar con dos puntas, a ver si por acumulación al menos había manera de acabar una jugada, como la que Ibai le puso a Aduriz a falta de 7 minutos. Las bandas producían a destajo para nada pero también es justo reconocer que los centrales vizcaínos de la Real, Ansotegi e Iñigo Martínez, estuvieron imperiales.
En el 91' Muniain obligaba a Bravo a estirarse, pero sin embargo fue Rubén Pardo quien tuvo tiempo de machacar la moral bilbaína al matar el derbi con el 2-0. Un mal regalo de reyes. A pensar en el Betis y en la Copa.
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