El Athletic, liderado por Herrera, muestra al Real Madrid su nivel de Champions
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"Después primer tiempo pensaba que el partido era para nosotros", dice Valverde
La Catedral asistió a un gran encuentro, pleno de intensidad, aunque no de ocasiones claras de gol, justo es reconocerlo. Pero el mérito está ahí. El de hoy es el primer tanto que le meten a los de Ancelotti tras nueve partidos. Así que eso exige una valoración sumamente positiva.
Ha sido una noche de clásico en la que ha destacado un gran Ander Herrera, o la sabiduría de un Gurpegui que sigue inmenso. Y mentalmente qué decir... Los leones han demostrado que el esfuerzo y el palo de la Copa ya está olvidado y que el vestuario y la grada van como un puño para estar entre los mejores. Se quiere oír el himno de la Liga de Campeones. Fue una noche de máxima exigencia que se encaró con todos los paladines zurigorris, con excepción de Iraola que dejaba su plaza de entrada al correcaminos De Marcos como cada vez que hay un gamo en la banda izquierda.
Se ve que el Atlético, nuevo líder de la Liga, marca la pauta hoy día. También los merengues, ahora el segundo equipo de Madrid, optaron por chinchar a los leones cambiándoles de campo tras el sorteo inicial y dieron un susto a los 30 segundos con un tiro lejano de Ronaldo. En realidad fueron tres ocasiones consecutivas muy similares. Y es que el regalo de balones en medio campo ante la artillería blanca era poco menos que un suicidio colectivo en plan secta de los 'davidianos' en aquel rancho de Texas.
Tras cinco minutos de agobio el conjunto vizcaíno se soltó ya la melena mientras adelantaba líneas para obligar al rival a jugar en largo. Así le fue metiendo al partido la intensidad esperada. Se volaba, se chocaba y hasta el trencilla valenciano acabó rodando por los suelos en un lance de juego.
Era una batalla limpia e intensa en la que los rojiblancos tenían más posesión y trataban de revertir el mal inicio con un fútbol supersónico. Y bien que pudieron hacer daño a los de Ancelotti, pero les faltó finura en el remate. Aduriz en el 17' enviaba fuera una maravillosa llegada en la que hizo todo bien menos finiquitar ante Diego López, y dos minutos después Muniain no supo qué hacer tras un centro quirúrgico de Oscar De Marcos. Vaya dos ocasiones que se fueron al limbo.
La Catedral disfrutaba a rabiar con las cabalgadas bilbaínas o con los detalles técnicos de un Aymeric Laporte al que, como anunciábamos a la tarde en ElDesmarque, el Barça había mandado un ojeador a seguirle in situ ante los merengues.
Fueron 25 minutos de presión extenuante, tanta que hacia parecer a jugadores de la talla de Modric o Xabi Alonso unos vulgares globeros. De hecho el centrocampista tolosarra se llevó un amarilla porque parecía Bill Murray persiguiendo fantasmas por el césped con un soplete. Vaya leña que da el internacional de las gulas, con mucho consentimiento arbitral, por cierto. Tampoco CR7 rascaba bola, seguir a De Marcos es duro hasta para el superman de Funchal, que se manejaba casi en la línea de medio campo, muy lejos de Iraizoz.
El problema es mantener la bombona llena, algo materialmente imposible, así que en el tramo final de la primera parte se levantó el pie del acelerador. El Madrid estaba con ganas de irse a la ducha y el Athletic, pese al buen sabor de boca de gente como Ander Herrera, estaba con el txintxo de no haber creado más peligro. Por ejemplo con las jugadas de estrategia, que se quedaron todas sin rematar ante una muralla defensiva como son Diego López y sus torres. Pero en fin pese al 0-0 fue un disfrute para los sentidos.
La segunda parte arrancaba mal. Con una buena estirada de Iraizoz ante un disparo de Luka Modric, el primero que iba en todo el partido entre los tres palos, y un tanto bien anulado por fuera de juego del balón de oro. Todo sintomático de que los capitalinos se habían sentido inferiores en los primeros 45 minutos y querían partir con una nueva actitud. Vamos, lo mismo que hicieron los de Simeone el miércoles copero. Tomaron el timón del choque y menos mal que Gurpegui estaba hecho un valladar -saliendo con precisión a varios cruces- y Gorka muy rápido de reflejos, porque llevaron peligro.
La pelota no le duraba nada al Athletic, de nuevo nervioso, así que Valverde introdujo a Iraola con objeto de ganar asociación y profundidad por la banda derecha. A nadie se le escapaba que si el Real Madrid seguía llegando tarde o temprano iba a dejar su veneno en el marco vizcaíno. Y es lo que sucedió. Aunque de entrada primero, como aviso, Ramos le dejó un codazo al entonado Herrera que le va a tener un par de días comiendo con pajita. De tarjeta amarilla ni hablamos, claro... Y al final fue en el 65' cuando Ronaldo aprovechaba un grave error de Iturraspe, que hizo unos cuantos este domingo, para ceder a Jesé que abrió el marcador batiendo por bajo a Iraizoz.
Un bajón, sí. Pero San Mamés tiene magia. Y milagroso fue que Ibai Gómez, según salía al campo en sustitución de un reventado Muniain, enchufara un obús desde la frontal que pegaba en el palo y rompía la imbatibilidad del Madrid en todo 2014. Su octava diana, un tanto que iba a hacer enloquecer el partido, ya que Ronaldo iba ser expulsado por roja directa tras menospreciar a Gurpegui y agredir a Iturraspe. La semana será larga en las tertulias de la caverna. Al tiempo. Pero es que eso a nosotros nos da igual.
Quedaban quince minutos para intentar una nueva remontada, en este caso a un contrincante que estaba con 10 jugadores. Había que estar listos para no conceder contras, y valientes para no achantarse ante la ocasión que pintaba de cine. De nuevo era Ibai, lanzado en su centenario, el que cogía la responsabilidad de soltar morterazos contra la meta de Diego López, mientras que Aduriz era el cacique en los córners. Beñat se sumaba con su poderosa pierna al asalto final, el mismo en el que Ancelotti, muy a la italiana, hizo los tres cambios en los últimos minutos para que no le pasara la liada que sufrió el Barça en el Camp Nou con el Valencia. Un punto es un punto para todos, hasta para los trasatlánticos del fútbol mundial.
La cosa acabó en tablas. Y como ya no hay más competiciones que disputar entre semana habrá que esperar hasta el lunes siguiente para medirse al Celta en Balaidos.