De Marcos corroboró en Vallecas que también se desdobla como titular

Óscar de Marcos anotó en Vallecas su quinto gol de la temporada, a la salida de un córner y aprovechando un rechace llegando desde la segunda línea. Marca de la casa, el extremo de Laguardia corroboró su polivalencia y versatilidad, también jugando los 90 minutos.

 Sustituir a Iker Muniain no resultaba nada fácil en el partido en el que, como así ocurrió, se podía sellar la Champions dos jornadas antes de concluir la Liga. La sanción del extremo de la Txantrea le habilitaba una plaza en el once merecida, que dejaba patente el reconocimiento de Valverde. De Marcos, rojiblanco de cuna (su padre es el presidente de la Peña del Athletic de su pueblo) nunca protesta y siempre está a disposición del míster como lateral, interior o mediapunta. Casi hasta se ha acostumbrado a jugar de 2 y Valverde sólo le reclama que pise más área. Ante el Rayo le hizo caso. Arrancó de interior derecha, desplazando a Susaeta a la izquierda, anotó un gol, galopó como un poseso, recuperó innumerables balones y en los compases finales aún con carburante en su reserva, bajó al lateral para que Iraola avanzase metros.  La entrada del eléctrico Seba Fernández aconsejó la maniobra de Valverde. Además, el 10 rojiblanco efectuó un par de centros con rosca de mérito que no encontraron rematador pero que sembraron la zozobra en el área del Rayo. También pudo rubricar un segundo gol en un balón que robó en la frontal y lanzó por encima del larguero de Rubén. Aduriz le reclamaba la asistencia a dos metros, pero De Marcos es así: intenso, vertical y, a veces, algo precipitado.  Ahora cumplirá su sueño de jugar la Champions y seguirá asumiendo el papel de multiusos de Valverde, el jugador número 12, que cuando entra en el 11 no se nota. Parece que la idea gira en que se convierta el lateral derecho a corto plazo. Valverde ya siembra en ese sentido y el de Laguardia ha recogido el guante. Javi González puede ser un buen precedente.