Williams, la nueva debilidad de San Mamés
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Iñaki Williams se empieza a meter en el bolsillo a la parroquia de San Mamés. El gol con la tibia ante el Torino ha terminado por convencer al público del Athletic Club, que anhela nuevos ídolos donde plasmar sus euforia. El joven canterano saltó ante el Rayo en el minuto 62. Suplió a Muniain, que lanzó un mohín de fastidio al ver el cartel del 19. El público aplaudió a rabiar, casi como cuando Toquero pisa el verde. Se masca un jugador con tirón.
Y Williams no defraudó. No lo suele hacer. A los 10 segundos ya tenía en sus ojos, a apenas dos metros a Cristian Álvarez, el arquero argentino que suplió a Toño maltrecho. El barakaldés criado en Pamplona remató fuera el primer balón que tocaba. Su salida, escorado a la banda derecha para explotar su velocidad cambiada de flanco a Susaeta y mantenía en el centro A Aduriz. Apenas unos minutos después nuevo remate dentro del área pequeña para que Cristian despejara de nuevo. En un tercer intento, Ibai Gómez, al que también había incorporado Valverde, le manda una asistencia milimétrica a su testa que no termina de ver puerta. Pero el público se entusiasmaba con su entrega y voracidad ofensiva. Fue Williams el primero en agasajar a Aduriz cuando en el 86 abría la lata y anotaba su noveno gol. El joven león aún no se ha estrenado en Liga, pero en los últimos instantes parecía todo un veterano, al más estilo Lobo Carrasco, acunando el balón en la banda para que los minutos se consumaran.