Bilbao Ríos 2000
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Bilbao Ríos 2000. Con ese juego de palabras entre el fichaje de un jugador para el Athletic Club y la sociedad pública que iba a darle la vuelta a la ciudad (Bilbao Ría 2000) el añorado Jose Iragorri recibía a Roberto Ríos Patus, jugador polivalente, nacido en Bilbao el 8 de octubre de 1971, y considerado uno de los mejores centrales que ha pasado por el Betis a lo largo de su historia.
Sin embargo en el Athletic Club, donde fue compañero del actual presidente Josu Urrutia, al que llegaba tras abonarse 2000 millones de las antiguas pesetas y firmado por Jose Mª Arrate, ha quedado para el recuerdo como uno de los fichajes fallidos por excelencia. El acuerdo por 'huevo', como le llamaban sus compañeros rojiblancos de vestuario, se cerraba en la cafetería Riosol de la Plaza Colón en Madrid, propiedad de Manuel Ruiz de Lopera, por cierto.
Formado en las categorías inferiores de Lezama, arribó muy joven a la cantera bética (con 15 años), cuando su padre, Eusebio Ríos, dirigía al Betis. Debutó con el primer equipo en 1992. Cinco años después firmó por el Athletic, club donde colgó las botas. Sin embargo, su amor por Sevilla era tal que no dudó en volver a la ciudad del Guadalquivir.
Casado con una sevillana y con hija nacida en la misma ciudad, dirige junto a Pepe Mel uno de los dos clubes de su corazón, ocupando el puesto de segundo entrenador. Este domingo, en el coliseo de La Palmera, sus dos clubes se verán las caras sobre el verde.
Haciendo historia Ríos se enfundó la elástica del primer equipo del Betis por vez inicial en la segunda jornada del campeonato de Segunda división, el 13 de septiembre de 1992, en el campo de Las Llanas, frente al entonces Sestao Sport Club. Tardaría dos años en pisar suelo de Primera división, concretamente, lo lograría el 4 de septiembre de 1994 ante el Logroñés. A sus espaldas dejó 114 partidos como verdiblanco, donde marcó 11 goles. Sus logros le llevaron a ser incluso llamado para la selección española por Javier Clemente, por entonces seleccionador. Siempre se sintió mitad bilbaíno, mitad sevillano.
Un partido especial El de este domingo no será un duelo más para él. En el verano de 1997 fue traspasado al Athletic Club por alrededor de 12 millones de euros. El suyo era hasta esa fecha el traspaso más caro de un futbolista no extranjero, y por supuesto, del cuadro de San Mamés. Ríos aún recuerda ese momento. "Claro que me acuerdo. A mí me dio mucha pena, la verdad. A mí me quedaban aún siete años de contrato con el Betis. En ningún momento hubo cláusula, fue un traspaso. El club me llamó y me dijo, 'te hemos vendido al Athletic, negocia con ellos'. Me dio mucha lástima marcharme, aunque también hay que decir, que me fui al mejor equipo que podía irme, al equipo de mi familia", precisa a ElDesmarque Sevilla.
El peso del traspaso
Su padre también fue futbolista. Eusebio Ríos, igualmente central, era de Portugalete y entro casualmente a trabajar como técnico en Lezama en ese fichaje, como desvelara Canal Bizkaia TV. Jugar en el Athletic le permitía estar más cerca de casa. Frente a lo que se dice el altísimo precio del traspaso no le influyó en ningún momento. "El tema de los dos mil millones de pesetas creo que pesó más a la gente de fuera que a mí realmente. Yo me centraba en jugar, en lo importante, apartándome de esos temas", rememora. Como jugador del Betis, se había enfrentado al Athletic Club en tres ocasiones. La primera se saldó con derrota, en la temporada 94-95. Los verdiblancos caían por 1-0 en San Mamés en la tercera jornada liguera. Los otros dos choques permitieron a Roberto llevarse los tres puntos. Ambos fueron en la temporada 96-97, con resultado de 3-0 en el Benito Villamarín, y de 0-3 en La Catedral. En el de casa, ante unas gradas a rebosar, anotó un tanto al equipo por entonces entrenado por Luis Fernández, y que contaba en sus filas con hombres como Etxeberría, Urzaiz o Julen Guerrero. Aquel día, Ríos tuvo emociones contrapuestas: "En primera mi primer enfrentamiento fue en la 94-95, y recuerdo que nos expulsaron a Josete y a mí (risas). Ganó el Athletic 1-0. Y en mi último año en el Betis, ganamos 3-1, yo marqué, y allí ganamos 0-3. Cómo pasa el tiempo, ehh. Vaya recuerdos". En Bilbao, las lesiones le impidieron mostrar su mejor versión Roberto Ríos militó en el Athletic hasta 2001 año en que colgó las botas. No tuvo tanta suerte como en Heliópolis, pues en parte, las lesiones le impidieron tener continuidad. Solo fue alineado en 68 ocasiones, marcando 4 tantos. Con la zamarra rojiblanca, se midió al conjunto ya entrenado por Luis Aragonés en otras tres ocasiones. Sólo en una pudo ganarles. La primera vez que se vieron las caras fue en la segunda jornada de la 97-98. El resultado en el coliseo bético fue de 1-1. En la segunda vuelta, un 18 de enero del 98 en San Mamés, también empataron, aunque esta vez a cero. Por último, en la 99-2000, los 'leones' doblegaron a los de Carlos Griguol (quien por entonces comandaba el barco) por 1-0. Pero el encuentro que más emocionó a Ríos fue el primero. Su vuelta a Sevilla, apenas tres meses después de haberle dicho "hasta pronto". El vasco tiene las imágenes grabadas en la retina. "Sí que recuerdo perfectamente mi primer partido con el Athletic cuando vine aquí. Fue en la jornada dos, la primera salida del Athletic y el primer partido en casa del Betis. Lo que más recuerdo fue el cariño que le demostró la gente. ¿Sabe qué? Ya en el autobús, los béticos me daban muestras de cariño, me saludaban, me aplaudían... Tenía los vellos de punta, fue emocionante porque me encontré con gente como Vicente Montiel, fue muy emotivo". Con Mel, pasó al mundo de los banquillos Tras colgar las botas, decidió prepararse para el complicado mundo de los banquillos. En Pepe Mel encontró a su mejor profesor. En el verano de 2010, firmaron ambos por el Betis para devolverlo a la élite, algo que lograron con éxito. Desde entonces, sus caminos han ido de la mano, excepto en el breve periplo inglés del técnico madrileño en el West Bromwich Albion.
Ríos tenía claro que su hogar estaba en Sevilla tras su retirada, aunque no tanto que regresaría al club que le permitió saltar al profesionalismo. "Desde el primer día que me marché pensé en volver a Sevilla. Yo quería vivir aquí. Luego estar trabajando en el Betis no dependía de mí. Surgió, pues mejor que mejor", expresa. Desde entonces, es la mano derecha de un Pepe Mel que cuenta con él para la totalidad de sus decisiones. Una dupla que ya ha sumado dos ascensos, y cien partidos en Primera división al mando del Betis. Roberto tendrá nuevamente este domingo a las 20:30 horas sentimientos encontrados.
Buen jugador y mejor persona.Elijio antes al equipo de su tierra por encima de clubs como manchester united.atletico de madrid,barcelona..etc. Aqui en Bilbao,tanto que hablan,le quitaron la ilusión de seguir jugando al futbol. Siempre se le achaco por el dineral que pagarón por el,el no tuvo la culpa,solo el que lo pago y el listo de Lopera. Una pena que no fue al mundial de Francia porque se lo mereció.Gracias a ese fichaje y otros mas que hicieron ese año,imaz,jose mari.. quedaron segundos iendo a champions al año siguiente.
Ese dinero y el que se gastó, por jugadores, como José mari y ezquerro, que no entraban en la filosofía se tenía que haber invertido en Mendieta al que se le ofreció al Athletic , cuando era internacional sub 21 y jugaba de lateral derecho y Deschamps 8 o haber fichado de más joven al de Baiona y Lizarazu), y así haber hecho un equipo campeón en torno a Julen y Etxeberria.
A mi se me han puesto los vellos de punta al leer 'los bellos de punta'