Peldaños
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Competitivo, valiente, con nervio, algo irregular y, en ocasiones, brillante. El Athletic Club ha completado una primera vuelta del campeonato con las mismas constantes vitales que lleva marcando durante los últimos años. Valverde, a pesar de los inconvenientes que se le presentan durante la liga en forma de lesiones, acumulación de partidos y horarios intempestivos, hace gala de una versatilidad y competitividad que, mezclados en conveniente proporción, le aseguran un viaje más o menos tranquilo a lo largo de la temporada.
No es poca cosa esa de la tranquilidad cuando aún tenemos en el recuerdo aquellos inviernos en los que teníamos que dar la vuelta a la clasificación para tranquilizar los nervios de cara a la segunda vuelta. Pero la pregunta es si, después de rozar, e incluso tocar, ciertas mieles y poner contra las cuerdas a los mejores, este equipo es capaz de subir un nuevo peldaño, si es posible que sea más competitivo, más regular, más sólido. Y si es posible exigir todo eso al equipo.
Valverde está abasteciendo el equipo para el futuro: Laporte, Kepa, Yeray, Villalibre, Williams, Eraso, Merino, etc... Es consciente de que Aduriz no es eterno y que la plantilla necesita cambios para afrontar el porvenir. Además, la cantera está siendo generosa. Lo que no me queda claro es si en ese futuro nos espera un poco más de lo mismo, que no es una bagatela, o si el club y el entrenador están dispuestos a buscar otro futuro más ambicioso.
Todo parece razonable en Ibaigane y San Mamés. A veces parece que demasiado razonable. La filosofía enorgullece a la vez que limita, la competencia es feroz y el equipo, aunque débil a veces, siempre da la cara. Parece como que pedir más es de desagradecidos o fanáticos pero no parece que ese peldaño sea muy alto. Yo creo que el equipo puede ser mejor, hacerlo mejor pero para eso hay que convencerse de que los escalones están para subirlos. Por Jöel López Astorkiza, periodista
El avion amarillo