La insoportable contradicción de Berizzo
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"¿A qué hemos jugado, 'Toto'?", le preguntaba mi compañero Asís Martín, en el titular de su crónica post- Eibar-Athletic Club, al entrenador de los leones. A lo que Eduardo Berizzo le respondía en declaraciones recogidas en ElDesmarque Bizkaia en la previa del choque de Ipurua: "creo que debemos imponer nuestro estilo. No creo que debamos jugar a lo que no sabemos, vamos a intentar jugar a lo que intentamos hacer"... Dos 'credos'. Un intento. Cuestión de fe.
En declaraciones a otro 'medio', cuestionado acerca de si sería Unai López o San José el que cubriría la baja de Beñat, el de Cruz Alta confesaba que... "un futbolista más parecido a Beñat es Unai. Vamos a intentar jugar nuestro estilo, adueñarnos del balón, el medio campo es fundamental y debemos ser fieles a esa circulación, puede ser el momento de Unai".
Cumplió su palabra en lo referente a la titularidad de Unai López. Se guardó la suplencia que le reservaba a Markel Susaeta. No aprovechó la coyuntura para desmentir eso tan manido de que "Ipurua tiene unas características especiales", ya se sabe, campo corto y estrecho, una caja de cerillas, vamos, cosa que no es cierta, porque el estadio del Eibar tiene unas dimensiones de 103X65, o sea, 2 metros más corto y tres, ¡sólo tres!, más estrecho que la 'inmensa' Catedral.
En cuanto al aspecto mental, el 'Toto' entendía que "salir concentrados desde el inicio es fundamental... El inicio del partido tiene que pillarte en tensión, porque las cosas suceden muy rápido y cuando te das cuenta el marcador te hace sufrir".
Dueño de su silencio, no, imposible, porque las entrevistas son de recibo, y las ruedas de prensa, de obligado cumplimiento. Pero esclavo de sus palabras, sí. Dulce esclavitud la suya desde que arribara a esa 'Tierra Prometida' que es Lezama...
Tras la burlesca 'bufonada' que ha supuesto para el mundo del Athletic Club el 'insultante' empate de Ipurua, arranquemos suave, no nos dejemos llevar por el enfado, la indignación, la ira y, en especial, la tremenda decepción que para uno supone que el técnico que maneja el destino del 'mejor Club del mundo' haya intentado, a la conclusión del choque, hacer comulgar a la afición rojiblanca con ruedas de molino...
Suave cuando delicadeza es apuntar que Mendilibar le empezó a ganar la partida a Berizzo en el túnel de vestuarios, indicando a su tropa que agasajara a Dani García con choque de manos, abrazos, besos, caricias y todo tipo de arrumacos.
Tocarle, en fin, la fibra al de Zumarraga con intención de que el ancla rojiblanca se hundiera en el fango impidiendo el correcto subir y bajar de la gabarra. Para, de seguido, regresar al título de la crónica de Asís Martín: "¿A qué hemos jugado, Toto?"...
Repare el lector, la lectora, que, a la hora de ironizar con la pregunta, mi compañero utiliza un plural en el que él mismo se incluye, como si fuera José Martí dirigiéndose a su 'verso amigo': "porque cuando siento el pecho / ya muy cargado y deshecho / parto la carga contigo".
Ene bada: ¿cuándo y dónde se vio que un periodista tan afamado se haga responsable, en su justa medida, del lamentable espectáculo protagonizado por unos leones a los que su domador les ordenó bajar a la arena con la presunta consigna del "como siempre, muchachos", para, ya en ella, cerradas todas las puertas, enfrentados al enemigo brutal y sin una salida aparente, sentirse huérfanos.
No ya de su querida presencia, sino hasta de la más nimia esencia de la doctrina verdadera que, en las largas encíclicas de Lezama, el argentino había conseguido que calara hasta el tálamo de unos leones tan crédulos como inocentes.
Y fue así que, desde el pitido inicial hasta el postrero, mediando el "Circo del VAR" que a Mendilibar, en esta ocasión, le cayera tan en gracia, y el precioso gol de 'puro 9' de Iñaki Williams, uno pudo ver, hasta experimentar una suerte de horror nacido de la diabólica mente de Lovecraft.
Cómo de lo 'dicho' en la 'previa' por Berizzo acerca de "no renunciar nunca a nuestra propuesta" hasta el 'hecho' que se manifestaba a cada instante sobre el verde de Ipurua mediaba un 'trecho' tan inmenso como el que va desde el juego de la verdad hasta la escenificación de la mentira... O sea, ¿lo ya dicho por el dramaturgo?... ¿Que lo de Berizzo era un sueño y lo de Ipurua, un teatro?
Contradicción. Pura y dura contradicción. En el mejor de los casos. ¿O sería más ajustado a derecho periodístico escribir 'en el peor de los casos'? Porque si lo que Eduardo Berizzo mandó a llevar a cabo en Ipurua era "nuestro estilo"... "lo que sabemos hacer"... "fidelidad a la circulación del balón"... ¡que la competición nos pille confesados el día en que nos vengan mal dadas y sin un remedio aparente!
Iago Herrerín, que regresaba a la portería tras su lesión, tal vez creyendo que no dejaba en mal lugar a un entrenador, el suyo, que, antes del partido, sobre el juego de su equipo había dicho cosas 'tales', se sinceraba para escarnio de Berizzo: "Conseguimos un punto en un campo complicado. Muchas veces no se puede hacer... ¡nuestro juego! No es fácil. Sabíamos que teníamos que pelear"...
¿Pelear?... ¿Cree Herrerín que lo que lo que se libró sobre el césped de Ipurua fue 'una pelea'? A la gente, querido Iago, no le suele gustar que le insulten a su inteligencia. Porque la gente que se siente Athletic es, en lo futbolístico, muy inteligente, y no le hace ni pizca de gracia que le tomen el pelo, o por el pito de un sereno.
Y en lo que le atañe a Berizzo, brillante orador, y, en condición de alumno instruido en la escuela de Marcelo Bielsa, excelente entrenador de fútbol, como no podía ser de otra manera, en calidad de habilidoso marino que sopló de manera prodigiosa la vela para llegar a buen puerto la noche del Real Madrid, allá en Heliopolis y también en Barcelona, en cuanto a él, se decía, en cuanto al 'Toto', que sea palo le digo, palo firme que aguante la vela que en tres días de gloria hinchó con el espíritu rojiblanco.
"Que cada palo aguante su vela". Que, a la hora de ser interrogado en la sala de prensa de Ipurua, antes de romper a hablar, hubiera recordado que en el Athletic declarar en vano es un delito. No lo hizo, empero. Se contradijo. O sea, una forma no penada de prevaricar con la palabra prometida...
"Elegimos ser directos porque el partido nos obligó a defender con mucha intensidad, pero nos ha faltado fútbol para construir juego de ataque"...
¿Cuando decidiste cambiar tu estilo irrenunciable? ¿Cuándo, "jugar a lo que no sabemos"? ¿Cuándo, Toto, cuándo ?... ¿Acaso como si en sueños un ángel se te hubiera aparecido y revelado el beneficio de la 'huida'?...
No encontramos "circulación de balón". Pero sí "dimos la talla en defensa". "Reconozco nuestra falta de juego, pero nos llevamos un punto de un campo muy difícil"... "El peor partido de la temporada en cuanto a juego", aunque "no en el apartado de intensidad, solidez, fuerza"...
¿Intenso, sólido y fuerte fue el Athletic?... Pero... ¡si fuimos marioneta, títere, guiñol en manos de un comandante 'renegado'! "Hay que desligar este partido de nuestro estilo habitual, porque hoy no nos ha salido nada".
Supongamos que uno está de acuerdo. Ahora bien, y con ello cerramos la ventana de la madrugada: ¿Por qué no lo desligaste en la 'previa' en vez de ser esclavo de "imponer nuestro estilo"..."jugar a lo que intentamos hacer"..."no jugar nunca ( tampoco en Ipurua) a lo que no sabemos"?
Y mientras yo me manejo entre la prevaricación verbal y la contradicción a manos llenas, Asís Martín, ese que camina antes que yo, esa luz que me precede, te pregunta: "¿A qué hemos jugado, Toto?...
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista y periodista
a ver, sin querer justificar el bodrio de partido que nos cascamos ayer, ni mucho menos... pues hombre, decir que las medidas del césped de Ipurua son casi calcadas a las de San Mamés, es un poco exagerado. Porque así dichas parece poca diferencia pero son 445 metros cuadrados... No es poca cosa tampoco, eh!
Mendilibar volvió a criticar el VAR en rueda de prensa, aunque le haya beneficiado. Coherencia