Alberto Uribe-Echevarria, el gestor de la bonanza económica de la era Urrutia
Alberto Uribe-Echevarria, el candidato que presentó un mayor número de avales en su candidatura a la presidencia del Athletic, es el economista que gestionó la bonanza económica de la era Josu Urrutia, una época dorada que ha dejado en el club rojiblanco en siete años y medio lo que él mismo definió como "una mochila de 300 millones de euros".
Una cantidad que fue llegando al club bilbaíno a través de ingresos extraordinarios producto del abono de las cláusulas de rescisión de los jugadores que decidieron marcharse -sucesivamente Javi Martínez/40; Ander Herrera/36, Aymeric Laporte/65 y Kepa Arrizabalaga/80- además de los continuos superávit con el equipo casi siempre en Europa.
Según establece la ley al respecto, solo un candidato continuista (en este caso Uribe-Echevarria), que además no tendría que avalar el 15 por ciento del presupuesto (cerca de 20 millones) que sí debería hacerlo un candidato no continuista (Elizegi), podría disponer de esos 300 millones.
Aunque la última Junta dejó una "provisión" de 76 millones para que sea utilizada por el presidente que fuese en caso de déficit en las próximas cuatro temporadas.
Por ejemplo, si no hubiese recibido 80 millones por Kepa, el Athletic hubiese tenido 20 millones de déficit en este curso 2018-2019 sin estar en Europa y con menos ingresos de televisión por méritos deportivos. Unos 20 millones que podría ser detraídos de esa 'hucha" de 76.
Los números de su época de contador de la Junta Directiva de Urrutia suponen la gran fortaleza de un Uribe-Echevarria que, aún siendo continuista y considerando al excapitán "un gran presidente", quiso marcar desde el arranque de la precampaña distancias con su anterior presidente. Sobre todo en el talante.
"Yo no soy Josu Urrutia", aseguró, considerándose "continuista" sólo "en lo económico", defendiendo su carácter dialogante y poniendo en valor sus "35 años liderando equipos de alto rendimiento".
"Sé lo que son los egos, lo que son las expectativas de cada uno, los agravios comparativos y se me da bien liderar personas y grupos. Tengo un talante normal y conciliador, incluso me gustan las críticas y las valoro", se definió a sí mismo en su primera comparecencia ante los medios.
En su contra quizás pueda pesar el hecho de no ser la primera lo opción de relevo en la junta saliente y que su candidatura, aún siendo la primera, también llegó tarde y cuando se había instalado en la masa social rojiblanca la idea de que no había quien quisiese ser presidente.
Uribe-Echevarria lidera un plancha con buena parte de la junta de Urrutia, de la que también salen sus dos vicepresidentes, Javier Aldazabal y Silvia Muriel.
Hasta 10 de las 17 personas que completan su candidatura fueron directivos en el segundo mandato de Urrutia.
