El Athletic Club abrió la segunda vuelta asimétrica esa, con otra 'final'. Poco menos podía ser la visita a un Villarreal hundido, con seis jornadas seguidas sin conocer la victoria, pero que tuvo el 'feo' detalle de ganar 0-3 en San Mamés en la primera vuelta. Sin duda, un rival directo por evitar el descenso.
Los leones, revitalizados por Gaizka Garitano, querían ganar en el Estadio de la Cerámica para dejar atrás fantasmas. Hasta le cambiaron de campo para jorobar en el sorteo y le obligaron a hacerse un gol en propia meta. Pero luego las cosas se torcieron. Primero empataban los amarillos y después el temido Undiano Mallenco, 6 victorias ya en 34 partidos, anuló un gol a Iñaki Williams que pareció totalmente legal.
Entre Undiano Mallenco, con el silbato, y Del Cerro Grande, en el VAR, la indignación del Athletic obligaba a morderse la lengua para evitar males mayores
El VAR sigue siendo una entelequía, los tres minutos de incertidumbre acabaron con un disgusto tremendo y un frenazo, no a la buena línea actual, empatar (1-1) no es malo, pero es que pudo ser mucho mejor. Son seis jornadas sin perder, pero con esos dos puntos se alcanzaban los 25 y el panorama sería otro. ¿No fue gol? ¿Por qué Iborra no fue expulsado? ¿La mano previa al tanto local? Cabreo de órdago al finalizar.
El técnico deriotarra tiraba de un once reconocible fuera de casa, con la irrupción de Ibai Gómez en lugar de Óscar De Marcos. Se buscaba el rendimiento de Balaídos o el Sánchez Pizjuán, volando a los espacios ante una zaga que sufre lo suyo en esta campaña. Sin esconderse, Iago Herrerín o Iñigo iniciaban muchas veces el juego en largo. Balón directo y a encontrar la rendija necesaria. En una de ellas, Ibai la pegó al poste a los 5 minutos.
Bien asentado, el Athletic demostraba la paz espiritual que dan las victorias. A veces hasta se atrevió a combinar, como en una buena llegada entre Williams y Muniain, que precedió al gol en propia puerta de Jaume Costa. Un regalo, pero bien envuelto en la precisa apertura de Córdoba y un gran centro de Yuri Berchiche. El duelo ya estaba donde se quería: jugando mejor que ellos, con unos destacados Córdoba o Martínez, y en ventaja en el marcador.
Luis García Plaza dicen que ha dado otro aire al conjunto amarillo, pero los triunfos no acaban de llegar. Con 0-1 había que intentar hacerle sangre, porque ni ahí apretaban. Se insistía, erre que erre, echándosela al hueco a Williams, que le estaba haciendo un roto a Funes Mori. Sin embargo, pese al orden y el buen feeling, no se volvió a crear peligro en todo el primer periodo. El ritmo fue decayendo en tromba hasta el pitido de Undiano Mallenco... quien, por cierto, había pasado totalmente desapercibido. Aleluya. Pensábamos...
Era lógico que el submarino acelerara máquinas a la vuelta. Cazorla entraba más en juego, se hizo dueño del balón e incluso empezó a rematar por medio de Gerard Moreno. Un aviso claro para que los leones se ahorraran la siesta post vestuario. Fueron tan solo unos minutos, pero el rugido del banquillo se oyó hasta en el aeropuerto fantasma ese de Castellón.
Obligados a ir a por uvas, el conjunto amarillo pisó fuerte y le cayeron varias tarjetas amarillas seguidas. Una de ellas muy peligrosa sobre Iñaki Williams, que se pudo dejar las costillas para hacer un guisote. ¡Vaya leñazo! De fútbol andan justitos, no les quedaba otra que al menos intentarlo por la 'testiculina'. En breve lapso activaron a Pedraza, a Bacca y al revulsivo nigeriano Samu Chukwueze.
Se acumulaban las faltas, los encontronazos, por lo que Gaizka pidió tranquilidad a su tropa. No se estaban pasando apuros, Iago era un espectador más, pero si tus compañeros, léase Ibai, permiten que te las pongan en el área pequeña te hacen un lío. Ekambi empataba a uno a 20 minutos del final, sin que el VAR adujera nunca ilegalidad pese a que los bilbaínos pelearon como si no hubiera un mañana. La mano en la jugada previa era de escándalo.
Mas la ventaja se había escapado casi de la nada. De Marcos entraba por el de Santutxu, muy cansado, y San José por Beñat en medio de un ambiente calentito. El público se había venido arriba, mientras el fútbol y con ello el balón se alejaban del Athletic. Hacía falta poner algo de pausa. Ya se sabe el refrán aquel de que "cuando no puedas ganar al menos no pierdas".
Había que crear una ocasión para echar abajo a un Villarreal muy pobre. Las hubo y muy claras. Lástima que la primera se la pusieron de cabeza a Muniain, que no pudo rematar a bocajarro un gran servicio desde la banda derecha. Seguido la enchufaba Williams... Undiano consultó... la grada sacaba pañuelos... pero Del Cerro Grande, vía VAR, dio saque de puerta. ¿Por qué?
Acabaramos... Tocado en su moral el Athletic acabó encima acorralado en su área, haciendo temer que el resultado fuera incluso peor. De vergüenza lo padecido en La Cerámica. ¿Por qué se ha anulado ese gol?
Se sabía de antemano lo que iba a pasar con este árbitro por llamarlo así. Como no somos el Madrid y Barsa pues gol anulado y a callar que a la próxima te quita más.Personalmente Undiano y Mateu Lahoz son dos de los peores árbitros que ha tenido el Athletic durante su historia.