Yeray-Iñigo Martínez, el muro de Garitano
El Athletic Club, con la renovación de Yeray Álvarez, blinda a una de las piezas claves en la resurrección de la temporada pasada tras la llegada de Gaizka Garitano al banquillo, una tremenda reacción a ritmo de Liga de Campeones que aupó al conjunto bilbaíno de los puestos de descenso a la pelea por Europa.
En ello tuvo mucho que ver la estructura defensiva que dotó al equipo el técnico de Derio y en la que brilló especialmente la parejas de centrales. El internacional Iñígo Martínez y un Yeray a quien el director deportivo del club vasco, Rafa Alkorta, ve llamando a las puertas de la selección.
"A Yeray no le quedará mucho. Ahora mismo, posiblemente, estén entre las tres mejores parejas de centrales de la liga española. Y creo que son los que ha elevado el nivel de manera impresionante y han dado confianza y solidez al resto del equipo. Desde luego que están a un nivel Top. Tener una pareja de centrales buena es canela en rama", decía a EFE en febrero el exinternacional y mundialista.
La misma confianza y tranquilidad mantuvo Alkorta ante los rumores de un posible interés de otros equipos por hacerse con los servicios del bravo jugador de Barakaldo. Entre ellos el que más sonaba el Atlético de Madrid.
Al exjugador bilbaíno no le extrañaba ese interés ante el nivel de Yeray (1995), que tenía contrato hasta 2022 pero una cláusula escasa, 30 millones, para lo que se lleva en el fútbol actual. En el que hasta los centrales, si son buenos, valen 80 millones.
Yeray, rápido, valiente, agresivo, concentrado y atrevido con el balón, apunta a ello. Su titularidad no solo con Garitano, sino también con Ernesto Valverde, ahora en el Barcelona, le avala.
Esa tranquilidad del máximo responsable en el apartado deportivo auguraba una rápida ampliación de contrato. Que se ha concretado más pronto que tarde. A partir de ahora, Yeray sabe que tiene siete años de contrato, hasta 2026, y el Athletic que para que se vaya una de sus piezas más valoradas alguien deberá poner 70 millones. Que, visto como están las cosas, tampoco es descabellado.
Como diría el extécnico rojiblanco Joaquín Caparrós, el que quiera a Yeray "tendrá que venir con el taco" de billetes.
Para el Athletic Club lo más importante es que blinda a su pareja de centrales, lo mejor del pasado curso, para tiempo. Ya que Iñigo Martínez (1991), a quien el anterior presidente Josu Urrutia fichó en una operación relámpago tras la marcha de Aymeric Laporte, tiene contrato hasta 2023 y, más relevante, una cláusula de 80 millones.
Además, en la recámara tiene a Unai Núñez (1997), jugador muy valorado en el club y en el entorno y recientemente campeón de Europa sub-21 tras un brillante final de torneo también en su rendimiento individual.
Unai firmó en 2017 hasta 2023, aunque con la misma cláusula que la anterior de Yeray, 30 millones. Escasa para los tiempos que corren. Por lo que no sorprendería una renovación en breve con el objetivo principal de aumentar la cláusula.
Aunque en el caso del de Sestao la dificultad es que quiere jugar y actualmente su rol es de tercer central. Valorado, pero tercer central.
A la sombra de Iñigo y un Yeray que vive un capítulo positivo en su historia de superación. La de un deportista de elite que ha superado un cáncer (de testículo) y una recaída posterior. Y no solo ha mantenido el nivel anterior, sino que lo ha superado.
Como consecuencia, ha ampliado su contrato cuatro temporadas más y con una cláusula que le asegura una buena ficha. Y el Athletic, igual de contento o incluso más, se asegura el blindaje de uno de piezas clave.