Iñaki Williams, un africano del centro de Bilbao y fan del Fortnite
Iñaki Williams no tiene la típica historia del futbolista profesional. No es uno de esos jóvenes con una vida normal que destacan jugando al fútbol y acaban en LaLiga Santander. El ariete del Athletic Club ha tenido que vivir momentos muy duros y pelear más de lo normal para convertirse en lo que es a día de hoy: una de las estrellas del conjunto bilbaíno.
Sus padres, Félix y María, son de Ghana y no tuvieron una vida fácil. Cruzaron el desierto para terminar saltando la valla de Melilla con su madre embarazada de Iñaki. Todo esto para que sus hijos pudieran disfrutan de un mejor futuro. Allí conocieron a una figura clave en esta travesía, un cura llamado Iñaki Mardones que les ayudó a llegar a Bilbao. Allí, más concretamente en el Hospital de Basurto, es donde nació Williams. El sacerdote transmitió a la familia su pasión por el Athletic y acabaría siendo el padrino del delantero del Athletic, además de la razón de su nombre.
Los problemas laborales obligaron a la familia Williams a mudarse a Navarra, donde apenas lograban mantenerse a base de recolectas y del cuidado de animales. Decidieron trasladarse al barrio de la Rotxapea en Pamplona, lugar en el que se crió mientras su madre trabajaba en la limpieza y su padre en unos almacenes de Londres. Comenzó a jugar al fútbol y a llamar la atención por sus cualidades jugando en el Club Natación, club convenido de Osasuna. Un rápido movimiento le llevó a una entidad afiliada al Athletic, al Pamplona. Desde Lezama no llegaban a confiar del todo en él hasta que siendo juvenil en 2012 realizó las pruebas para entrar en las inferiores del club bilbaíno y hasta el ultimo día no se decidió su futuro.
Desde pequeño ha tenido claro su amor por el Athletic, como demuestran las fotografías en las que se le ve luciendo la elástica rojiblanca. Su sueño era triunfar en el club de sus amores, pero por encima estaba el de sacar adelante a su familia. A los 12 años vivió lo que supone llegar a casa y no tener ni comida ni agua. Eso le dio la determinación para esforzarse al máximo para brindar a sus padres una vida mejor, puesto que ellos se sacrificaron para que pudiera comer todos los días.
También sueña con compartir vestuario con su hermano y que San Mamés vea galopar a Iñaki y Nico Williams por el césped. "Dos hermanos de raza negra en el Athletic". Aunque los dos apuntan alto, siempre tendrán a su madre para controlar que mantienen los pies en el suelo. "Yo he tenido la suerte de tener a mi madre, sobre todo, que, hablando mal, me da una hostia y me espabila" explicó en una entrevista a El Larguero.
Es un tipo risueño, que siempre trata de divertirse. Basta con verle en las sesiones de entrenamiento, en las que siempre está con una sonrisa. En el vestuario tiene un curioso mote: Pañaki. "Me llaman 'Pañaki', de pañal, porque soy un calzonazos con la parienta, dicen que estoy todo el día con la parienta" admitió en otra entrevista, en este caso en La Resistencia. También confesó ser muy fan del famoso videojuego "Fortnite", al que dedica muchas horas en su casa o en las concentraciones.
Iñaki Williams es todo un ejemplo de superación y de que con esfuerzo todo es posible. Un africano del mismo centro de Bilbao que siente el Athletic como el que más, disfrutando al máximo cada gol que marca en San Mamés. Un chico normal que no pudo contener la emoción de su primera tanto como león. Fue en Turín en 2015 y lo celebró al grito de “¡La he metido, la he metido!”. Tras renovar recientemente, la afición de bilbaína podrá disfrutar de La Pantera muchos años más.