Ama, si me duermo me despiertas...

San Mamés echaba este sábado el candado hasta el año 2020 con un nuevo derbi vasco. El que enfrentó al Athletic Club con una SD Eibar a la que tiene ‘como hijo’. Expresión que usan en el mundo del tenis cuando un jugador tiene dominado psicológicamente a su oponente partido tras partido. Es un diagnóstico aplicable al gran Mendilibar cada vez que se enfrentaba a los leones. Hoy ha sido diferente ya desde el planteamiento inicial del míster local. Mal de inicio casi a fin, salvando la 'txanpa' final.

A los 43.203 espectadores hay que darles una cesta de navidad. El partido ha sido, directamente, una castaña. Los conspiranoicos que abominan de las ceremonias previas lo achacarán al saque de honor de Jon Rahm y al minuto de silencio por el exdirectivo rojiblanco Javier Pérez Agote, pero el fútbol se ha tomado vacaciones esta tarde/noche en Bilbao.

Quitando los dos goles correctamente anulados o una parada de Dmitrovic no se recuerda prácticamente nada que llevarse a la boca en ataque. Luego el (0-0) hace justicia a lo visto (padecido). Los leones han logrado terminar un 2019 casi perfecto en casa pero el empate no le permite viajar al Bernabéu con cierta tranquilidad. Además pierde a Ander Capa por sanción. Tras la derrota ante el Real Betis, los tres puntos contra los armeros se antojaban fundamentales en la pelea por las plazas europeas.

El Athletic no ha ganado hoy su cuarto derbi vasco consecutivo en una misma Liga, algo que no ocurre desde hace 16 años, sazona la Adurizpedia

Garitano mete novedades, sin éxito, en el once

La entrada de Mikel San José con Dani García, el paso de Unai López a la media punta y el retorno de Raúl García de nueve fueron las novedosas propuestas del derioztarra en el equipo titular. A Unai se le pedía cambiar de chip. Ya no estaba para sacarla sino para filtrarla. Y lo cierto es que costó mucho ponerse entre todos a la tarea, porque el arranque bilbaíno fue muy deslavazado con un doble pivote demasiado opaco. Ni el uno ni el otro lograron crear juego en toda la primera parte.

Más bien el partido era feote, ya que el balón no tocaba la hierba ni de casualidad, guión con el que los azulgranas estaban más felices. Suyas fueron las tres primeras aproximaciones al marco de Unai Simón, mientras el Athletic estaba más espeso que un potaje. La media hora inicial fue horrorosa, y eso que el VAR no castigó una clara mano en el área de Sanjo. La tenía pegada al cuerpo lo que supuso un alivio.

Al Eibar le iba todo de cara salvo la temprana lesión de Pedro Bigas, una baja más para un equipo zarandeado por la salud. Aunque de codos anda bien. Las disputas aéreas que acaban con jugador dolido en el suelo sumaban una estadística muy superior a la de pases bien dados. Hablamos de un partido insufrible, repleto de faltas y parones, huérfano de calidad y clarividencia futbolística.

Un primer tiempo nefasto como pocos

La grada de San Mamés no entendía como desde el banquillo no se tomaba una decisión porque el tiempo pasaba insulsamente, sin chutar, sin achuchar, con el agobio además de que el Eibar pillara alguna en los balones parados de los que disfrutó. A los hombres de ataque (Raúl, Williams...) no les llegaba una, nadie rompía líneas, con lo que los de Mendilibar dispusieron de un primer periodo casi vacacional. Todo un regalo para una escuadra llena de bajas que venía de cuatro derrotas consecutivas.

El único susto fue el gol anulado a Iñigo Córdoba en el tiempo de prolongación por fuera de juego. Cuando Melero López pitó el descanso algunos, como en la película de Frank Capra, pedían "Arsénico por compasión" en los bares del campo. Vaya 'truñaco' nos habían soltado. El zurdo de Deusto (como siempre le ocurre) fue el pagano del asunto, dejando su plaza a Ibai Gómez en la banda izquierda. Pero no es que se viera la menor mejoría, se aplaudía hasta un tiro de Capa que casi va fuera de banda, pero al menos era un disparo.

Garitano reaccionó metiendo a Villalibre por un Unai López que había pasado desapercibido como enganche, dejando esa función a Rulo. En el 65', en campo vizcaíno nació una gran contra de Williams que Ibai no supo resolver ante Dmitrovic en la que era la mejor ocasión rojiblanca del partido. Una jugada que permitió levantar a un San Mamés necesitado de un café doble. Y llegó en forma de gol tras otra buena idea de Iñaki, que abrió para que Capa la ponga y Oliveira la metiera en propia meta... hasta que el VAR anuló el tanto por doble fuera de juego.

Por lo menos con vergüenza torera el Athletic se fue arriba con todo, incluido un remate de cabeza de Raúl García, blandito, pero que permitió ver a Dmitrovic parar una pelota. En el 87' Yuri le puso la última bala a San José pero la cosa acabó en córner. La verdad es que era un remate para un futbolista de más calidad técnica, no se le puede culpar. Sí al colegiado de permitir al Eibar perder tiempo en una recta final revolucionada. Así acabó un partido para olvidar.

El Athletic acabará el año 2019 con un par de viajes. El martes 17 la copa, a partido único, ante el Intercity en Elche (21:00 horas), y el domingo 22 con su visita al Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

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