Un concierto de Extremoduro descuadra la fecha de la final de Copa
Este miércoles se reúnen a las 16.00 horas el Athletic Club , la Real Sociedad y la RFEF para tratar los detalles de la final de la Copa del Rey fijada para el 18 de abril en La Cartuja. Lo que iba a ser una reunión para perfilar los detalles de logística del evento y el reparto de entradas pasará a centrar todo su atención en en el coronavirus y cómo afectará a la celebración del encuentro.
Como ya avanzábamos ayer, se da prácticamente por hecho que la final de Copa se aplazará. Es la propuesta que han realizado de mutuo acuerdo ambos clubes y que parece haber sido bien recibida por el organismo federativo. Todo a expensas de un acuerdo que quedaría ratificado en la reunión que las tres partes mantendrán este miércoles y que, en caso afirmativo, deberá ser refrendado en la próxima reunión de la Comisión Delegada de la RFEF el próximo 25 de marzo.
Las fechas que suenan con mayor fuerza en este momento son las del 28, 29 y 31 de mayo (jueves, viernes y domingo), una vez finalizada ya LaLiga Santander. El 30 de mayo está descartado porque coincidiría con la final de la Champions League que se celebrará ese sábado en el Atatürk Olimpiyat Stadi, de Estambul.
Concierto en La Cartuja
Pero hay otro problema añadido para cuadrar fechas de cara a un aplazamiento de la final. Ese mismo 30 de mayo, La Cartuja acogerá un concierto de Extremoduro, en la gira de despedida del grupo de Robe Iniesta e Iñaki Uoho Antón, con lo que resultaría imposible que el partido se jugará el domingo 31, ya que el césped no estaría en condiciones de acoger un encuentro de primer nivel. Aunque cabría la posibilidad de que la banda de rock pudiera llevar su espectáculo al Benito Villamarín.
Después de ese fin de semana comenzaría en Las Rozas la concentración de los jugadores internacionales para preparar la Eurocopa 2020, con lo que la final no se podría postergar más.
Pues que se juegue en SMamés. Es estúpido hacer que casi 100 mil personas se hagan dos mil kilometros, cuando podrían hacer doscientos. Y, además, para ir a una mierda de campo de atletismo.