Athletic femenino: Ángel Villacampa, ¿solo ante el peligro?
"Vine con la intención de seguir agrandando la leyenda del Athletic Club; no, a pelear contra los elementos". No creo que lo dijera; no, al menos, con estas palabras, o de esta manera. Pero seguro que, en Lezama, a solas, mientras su manada de leonas se ejercita, lo musita con la rabia de aquellos que se sienten castigados por esa deidad caprichosa que llaman Fortuna.
No es para menos. Si se repara en el once que el laureado técnico toledano se vio forzado a colocar sobre el verde de Urritxe, se entenderá la metáfora naval de un mar atormentado. Se disputaba la final de la 'X Euskal Herria Kopa'. Enfrente, la Real Sociedad. La txapela se la caló la capitana 'txuriurdin'. Decidieron los penaltis luego de un sufrido empate sin goles.
La mediática Natalia Arroyo se estrenaba en el banquillo donostiarra. Contenta, la catalana, cómo no, pero sabedora de que el Athletic al que se había medido era un equipo seriamente perjudicado por fugas, retiradas a destiempo... y las malditas lesiones. Así las cosas, cualquier análisis técnico, táctico y físico del choque resultaría del todo gratuito.
Se evidenció una Real superior. Mucho, si no todo, tuvo que ver la ausencia de tanta leona con el rol de titular bien ganado, y ese 'no estar ya' de dos estrellas que 'apenas ayer' con tanto 'fulgor brillaban'.
Aunque si pretendemos arrojar luz 'led' para dejar al desnudo la realidad de 'este Athletic', convendría remontarse a la 2015-2016. Con Joseba Agirre en el banquillo, el Athletic se adueñó del título de la Liga Primera Iberdrola. Victoria 'pírrica' si tomamos en cuenta el precio tan caro que el Club habría de pagar por el 'entorchado'...
Que el potente PSG, por ejemplo, se nos llevara a la prodigiosa central Irene Paredes, una atleta que manejaba el balón con tanta destreza como en su día la jabalina con sus brazos. Tenía que pasar, y sucedió. "No pasa nada: retrasemos a Gimbert, Vanessa, la experimentada". Pero sí pasó . Pasó que Joana Flaviano se empezó a sentir un poco sola.
A pesar de lo emergente de jóvenes tan virtuosas como Maite Oroz y Damaris Egurrola. La virtud estaba en el medio, sí, mas virtud envenenada. En diciembre de 2017, Flaviano dejaba el fútbol por "motivos laborales".
Eufemismo del periodista que la jugadora explicaba con la cruda realidad: "Un trabajo para toda la vida o un sueldo para dos años". Sus palabras conllevaban un mensaje que la directiva no supo captar. "No pasa nada: tenemos demasiado fútbol en las botas de Oroz y Egurrola". Si oro a manos llenas sacamos de la cantera de Lezama y el precioso metal se lo llevan otros...
Cuando Maite Oroz y Damaris Egurrola aún no eran titulares, los grandes equipos, los clubes poderosos, sobrevolaban con sus drones el nido de Lezama
La noche en la que San Mamés se vistió de gala para rendirle tributo al fútbol femenino, mientras Egurrola y Oroz se exhibían en la medular, su futuro lejos del Athletic era un sueño a consumar a la vuelta de la esquina. Antes, uno entiende que a sabiendas de que con ambas a poco de firmar con el Athletic no contaría, Ángel Villacampa arribó a Lezama procedente de China. De ser seleccionador 'sub 16' nacional venía. Como intuyendo la 'mordida del vampiro de Wuhan'.
De ganar dos ligas y una Copa con el Atlético de Madrid también venía. Pedazo de entrenador. Una apuesta al más puro estilo Marcelo Bielsa. O al de Jupp Heynckes.
Pero... ¿sabía realmente Villacampa adónde, a qué, para qué y para cuánto tiempo venía? ¿A qué apostaba realmente Joseba Agirre cuando convenció al técnico toledano para que entrenara al Athletic?
En Mayo [2020], Villacampa extendió su contrato una temporada más en el tiempo. Consciente de que con Oroz y Egurrola ya no contaría lo hizo. "El toledano es un técnico exigente y que ha sabido entender a la perfección el valor que aporta la cantera de Lezama", se escribió en la página oficial del Athletic Club.
Había sido tentado... "pero había dado mi palabra". ¿Y de no haberse comprometido verbalmente? ¿Sería Villacampa el entrenador que se sentó en el banquillo de Urritxe para medirse a la Real de Natalia Arroyo? Superioridad realista que mueve a engaño. Inferioridad de las leonas que invita a una seria reflexión en torno a la plaga de lesiones, la retirada de jugadoras en favor del trabajo sólido y el sueldo necesario...
Y esa fuga de talentos que se convertirá en goteo incesante si el Club de Ibaigane no se adapta a estos 'tiempos modernos' que el fútbol femenino vive
Si el Athletic pretende ser potencia referente a base de jugadoras de cantera, deberá pagar acorde a las necesidades de una 'trabajadora', al mismo tiempo que apela a los sentimientos que el escudo del puente de San Antón provoca. Si se quiere dedicación a tiempo completo y fidelidad a los colores, páguesele a la leona en consonancia.
Porque si no, ¿que Maite Oroz sea feliz en el Real Madrid es motivo de escándalo? ¿Que Damaris Egurrola haya debutado con el Everton sorprende? Sorprende que su aita no anduviera listo para enrolarla en el FC Barcelona. Eso sorprende: ¡deseaba tanto vestirse de 'cule'! Y escandaloso, y muy triste, que Audiencia y Tribunales hubieran intervenido para legislar sobre la 'ley de compensación'.
Si de todo esto va el futuro del Athletic, convendría que Aitor Elizegi convocara con su cuerno bocinero a los más de 40.000 socios de este Club, no lo olvidemos, "Caso único en el mundo". Para que 'caso único' siguiéramos siendo. Por nuestra peculiar y maravillosa 'filosofía'. La que sirve para el león, pero también para la leona.
Porque si le negamos a la mujer fútbolista el pan y la sal [nunca mejor dicho, por aquello del sal-ario], de "sopas y sorber" estaríamos hablando, y de pretender que "la suegra esté borracha" mientras mantenemos "la bota llena". ¿Se me entiende?
Alineación del Athletic escrita en la pizarra de Urritxe. La miro y tiemblo. Del once con el que contaba Villacampa el pasado curso, no figuran: la central Murua, lumbalgia; el doble y virtuoso medio centro 'Oroz-Egurrola', al abrigo de Real Madrid y Everton, respectivamente.
Nekane, Yulema, Lucía García, oro molido en la vanguardia echado a perder por la rodilla, el soleo, esa sobrecarga que supone jugar con 'la roja', amén de Azkona, que no volverá hasta julio por culpa de ese 'cruzado' que se cruzó en su camino. Istillart y Erika Vázquez se quedaron en la caseta aprovechando el descanso: "tenemos molestias".
Y hasta de Irene Paredes se acuerda uno. Y del poderío de Joana Flaviano, también. Porque con Paredes se abrió una herida; Flaviano se encargó de poner el dedo sobre la llaga. Y el Club, como si no entendiera los mensajes. Gritó Damaris Egurrola; más sigilosa se comportó Maite Oroz.
¿Cuántos quejidos más se necesitan para que el Athletic caiga en la cuenta de que corren 'tiempos modernos' en el mundo del fútbol femenino? En "recuperar a las máximas jugadoras posibles para elegir un once competitivo de cara al partido contra el 'Depor" se centra el entrenador del Athletic. Ángel Villacampa. Que vino a Lezama a trabajar, y no, a pelear contra los 'elementos'.
🔥 De Ipurua a Urritxe. Once del #AthleticClubFem en la final de la #EHKopa 🏆
22. De la Nava
14. Eunate
25. Naroa Uriarte
21.V. Gimbert
3. Moraza
11. M. Unzué
15. Istillart
10. Jone Ibáñez
6. Valdezate
19. Erika Vázquez
27. Paula Arana🔴 Directo 👉 https://t.co/IxHaRpazPX pic.twitter.com/4C9IunTj8D
— Athletic Club (@AthleticClub) September 27, 2020
Yo soy socio y no quiero equipo femenino, a mi nadie me ha preguntado em un referéndum, si el fútbol femenino no genera ingresos como va a sobrevivir yo no lo quiero