El Athletic, un equipazo que necesita una manija en su banquillo

Supongamos que tenemos en el Athletic Club un entrenador bueno, un buen entrenador, no uno de los peores de Europa y que consigue sacar lo mejor de nuestros jugadores. Recuerden ustedes otros tiempos de Capa, De Marcos, Yuri Berchiche, Dani García, Iñaki Williams... ¿Están, no? Ahora sigan haciendo un ejercicio de imaginación y cambiamos al sistema clásico 1-4-4-2.

Pongamos una defensa con Iñigo Córdoba, Iñigo, Yeray y Capa. Álvaro Núñez, del filial, de interior derecho, Oier Zarraga y Unai Vencedor en el centro y Yuri de interior Izquierdo, con Iker Muniain y Williams de delanteros ('Muni' de enlace). Además, contemos con incorporaciones tan validas como las de Álex Berenguer, Morcillo, Sancet, Luengo o Beñat Prados del filial, Dani García…

Tenemos un gran equipo pero necesitamos una manija, alguien que crea en los jugadores, en su potencial, en otro sistema, en luchar cada minuto de partido,... hoy en día con cinco cambios por partido se puede hacer.

Y yo me pregunto: ¿Es que Javi Clemente lo va a hacer peor en el banquillo que Gaizka Garitano?

Fue curioso el partido de la Selección de Euskadi porque salvo dos jugadores, Guevara y Roberto Torres, el primer tiempo jugo todo el Athletic... ¡y lo hizo muy bien! ¿Cuál pudo ser la verdadera razón?… Quizá el cambio de sistema, al pasar a un 1-4-4-2 más armado.

La afición del Athletic ha dejado de creer en los jugadores una vez mas y es una pena porque estoy convencido de que tenemos una gran plantilla. En un reportaje reciente sobre el FC Barcelona entrevistaban a varios jugadores de la época de Pep Guardiola y todos decían que éste 'te convencía' de lo que tenían que hacer, que les decía lo que iba a pasar en el campo si le hacían caso y que efectivamente eso tenía lugar.

Los jugadores creían en su entrenador. Gente como Thierry Henry, Eric Abidal, el brasileño Dani Alves o el mismísimo Xavi Hernández hablaban sobre Guardiola en estos términos y resaltaban, sobre todo, la gran confianza que les daba el entrenador.

Pediré al Olentzero o a los Reyes Magos que se cumpla mi sueño.