La lenta digestión del Athletic en LaLiga

La jornada 27 de LaLiga Santander daba oportunidad al Athletic Club de redimirse del tropezón ante el Atlético de Madrid y confirmar su camino de equipo de autor liderado por Marcelino en el banquillo y por 11 jugadores motivados en el campo. Llegaba el Athletic con algunas variaciones en su once: sin sus laterales habituales, sin Iker Muniain ni Iñaki Williams en ataque; con sus 33 puntos a cuestas de la novena posición en la clasificación; los mismos puntos que el Celta de Vigo (noveno), su rival en una tarde de domingo.

Rocoso en su defensa, el Celta. Con vocación de presionar en todas las líneas. Querendón el Athletic: con Morcillo como conductor, aunque con un ensamblaje de ataque algo retrasado en sus posiciones en el campo; como cuidando el empate en cero o acaso esperando la oportunidad justa.

Agazapado en su ataque, el Athletic. Como esperando dar el zarpazo ante la constancia del Celta, que tenía el balón y empujaba más. ¿Sería capaz el Athletic de mostrar su identidad de equipo de autor ante el Celta de Vigo? En cierto modo, lo está haciendo: hay rotaciones, todos son tenidos en cuenta y la plantilla se revaloriza a los ojos del míster y de la afición.

La primera parte mostró que el Athletic necesitaba ajustes en sus líneas; es lo que hacía prever la conversación entre Marcelino y su mariscal de campo, Muniain de camino al vestuario.

Así fue como ingresaron, gradualmente, Muniain por Raúl García, Williams por Villalibre, Vencedor por Unai López e Ibai por Morcillo: hacían falta refuerzos en el ataque albirrojo. Aunque el Celta no cejaba en sus intentos, que se topaban con el muro defensivo de Yeray y Unai Simón.

Con todo, ninguno de los dos equipos pudo quebrar la defensa del otro ni quebrar el dominio compartido de balón, que finalmente había logrado equilibrar el Athletic en la segunda parte. Apenas fue un empate en cero en una tarde en Vigo. De momento, en Liga, el Athletic suma de a poquito.