Obligatorio recuperar el 'efecto Marcelino'
Curioso. Extraño. Paradójico comportamiento el del 'Athletic de Marcelino' desde que el técnico asturiano decidiera "subirme a un tren que, probablemente, sólo pasa una vez por la estación de los entrenadores". Venía bien avalado. Entrenador 'top'. Fue llegar y besar el santo. No tuvo, para ello, que presentarse en la Catedral. Ni arrodillarse ante San Mamés en sentida plegaria. Ocurrió en la Cartuja sevillana. Sin tiempo para inculcar su idea, su concepto, su modelo, cuatro pinceladas en el vestuario, los leones dieron buena cuenta de Real Madrid y FC Barcelona para merecer el trofeo de una atractiva Supercopa. Por delante, toda una Liga, y esas eliminatorias que le permitieran al 'Athletic de Marcelino' añadir otra final a la ya heredada de la 'era Garitano'.
Supimos muy pronto de la euforia de sus carreras por la pista. De sus apretados puños. De su sonrisa serena. De su risa desbordada. De la camiseta roja en equipo. De colgarse del cuello de Iker Muniain, su 'pequeño capitán'. Choques coperos resueltos en agonía, y otros con un épico final. Copa. Todo era Copa. Brindis por lo conseguido. Y una espera dulce por lo que tendría que llegar. En medio de todo ello, la competición liguera. Un torneo que, a tenor de juego y resultados, se le habría de atragantar a este Marcelino García Toral que había irrumpido soberbio en la historia del Athletic. "Nosotros sólo nos dedicamos a dotar de herramientas a los futbolistas para que sean capaces de desarrollar todo su potencial". A su imagen y semejanza. Equipo de autor. La familia 'Athleticzale' volvía a sonreír luego de tan mala cara como le había puesto a Gaizka Garitano mientras el técnico de Derio oficiaba en el banquillo de San Mamés.
El tiempo, sin embargo. Esa espera tan necesaria. Los famosos 'cien días de confianza'. No sabe de ellos el fútbol. 'Días de mucho... vísperas de igualadas inquietantes'. El equipo jugaba bien, pero no le daba. De liarse en área propia con consecuencias nefastas a ratificar en la ajena que Marcelo Bielsa no exageraba cuando afirmó que el mal que mermaba el potencial del equipo era la "falta de pericia" a la hora de marcar goles. Era tal el desacierto, lo es, acaba de confirmarse, que cabe hablar de una muy seria "pandemia de empates" en el mundo del Athletic que gobierna Marcelino. El último 'contagio', el empate [0-0] ante el Deportivo Alavés de Calleja. Un colista que, a nada que Morcillo, Sancet, Unai Nuñez y Berenguer hubieran cubierto un tercio de su cometido, se habría ido del 'Botxo' con una derrota acorde a su nivel productivo.
Marcelino supera mis ocasiones de gol frustradas. "Generamos entre 7 y 10, pero me duele no marcarlas". A la afición sí que le duele, Marcelino, que, de un tiempo a esta parte, se sienta ante el televisor con una cierta desidia. Y quien ya no ve los partidos también hay. Estragos de una final destartalada. Que no acepta que se jugara sucio con tanta ilusión como por ventanas, balcones y calles fuera derramada. Más de treinta años después, el final de una final que apenas había comenzado. Tanto dosificar esfuerzos como excusa del empate. Ya van ocho. Tres partidos ganados. Otras tantas derrotas. La final más asequible, por la borda de la Gabarra al Gualdalquivir arrojada. Como si 'París en la Cartuja' bien valiera la misa de un 'once tan poco católico'. Y el octavo empate de la 'era Marcelino'.
Un Barcelona recién derrotado le espera a este Athletic 'enfermo de tanto empate'. Koeman vs Marcelino. Con la Supercopa ya amortizada. Con un equipo que apenas pierde pero al que le resulta casi imposible ganar. Hartos ya de igualadas insulsas. De regalar en área propia y perdonar en la ajena. "El acierto en las áreas es lo que nos condiciona muchísimo". Con LaLiga Santander muerta en vida, a Marcelino, si lo que desea es un éxito total, no le queda otra que retroceder a esa noche mágica de la Cartuja. Apostar, como entonces, por el 'éxito de la improvisación'. Con el fin de ahuyentar el 'desencanto de lo meditado'.
Marcelino no puede hacer milagros. Le falta calidad en el equipo sobre todo en el medio campo y en la delantera..Rafa Alkorta no tiene ni idea, renovando a Dani García Vesga, lekue, Balenciaga y dejando ir a Areso y muchos más jóvenes que se irán. Alkorta fuera del Athletic. Julen Guerrero tendría que estar ahí.
Marcelino no seas garitano jotake seguimos haciendo historia athletic geuria
Si no me apoyas en la derrota no te necesito en la victoria. JO TA KE! ATHLETIC BETI ZUREKIN!...Y a los demás les perdonamos la envidia.