No tengo dudas: Una temporada buena del Athletic sin premio final

No hay Europa, no, ni Marcelino sigue, no… Pese a que en toda campaña electoral se promete alcanzar una mezcla de vida zurigorri rayana entre Xanadú y el Nirvana, o resurja la canción de las goleadas del viejo San Mamés de "Todos queremos más", lo cierto es que para mí la temporada del Athletic Club ha sido francamente buena. Muy buena por momentos, incluso.

Y eso que nunca se ha ganado el partido que le pudiera poner séptimo cuando se ha estado a un solo punto. Gran mancha. Ah, y claro que se han escapado puntos frente a los equipos de abajo de la tabla, pero también se han ganado con los de arriba, y 55 es una de las mejores puntuaciones en todo lo que va de siglo XXI.

Frente a lo que minusvaloran todo lo que se haga, entiendo que el equipo ha crecido mucho de la mano de Marcelino García Toral (quien me gustaría que siguiese con su proyecto de trabajo en Bilbao pero se despide hoy en San Mamés), que el grupo se ha hecho aún más competitivo, y que se ha quedado a un paso de entrar en Europa en la última jornada. Una pena, sin duda, pero todo en su justa medida. Sin dramas.

Que tal y como está el fútbol actual jamás puede ser una exigencia, digan lo que digan los precandidatos, y sí es un objetivo a exprimir. De hecho, el Athletic, con una segunda vuelta francamente válida, ha abierto una brecha entre los ocho primeros clasificados y el resto del campeonato.

Es probable que temporadas como esta: entre los 8 primeros, semifinalistas de copa y finalistas en una Supercopa que era imposible de ganar, en la encerrona de Arabia Saudí, se echen de menos.

Para el recuerdo, partidos como las eliminatorias coperas ante el FC Barcelona y el Real Madrid, el meterle un buen viaje a una Real Sociedad muy crecida, la recuperación tras la pandemia de los socios en San Mamés y el buen trabajo de la cantera de Lezama y del equipo femenino, pese a que le van a seguir quitando año tras año a sus mejores futbolistas.

Lunares también ha habido, claro, ¿y cuándo no? Históricamente se han dado petardazos y nos hemos comido partidos horrorosos o recibido goleadas sangrantes incluso sacando luego la gabarra. Con los conjuntos de abajo se han cedido puntos vitales y el gol, sobre todo lejos de la Catedral, sigue penalizando un trabajo ingente de los jugadores.

Hay más... El tema Ander Capa ha traído división, nos hubiera gustado asistir a la eclosión de Asier Villalibre acompañado de una mejor salud para él y Oihan Sancet, siempre hay debes. ¿Qué año ha hecho Yuri Berchiche? ¿Han dado sensación de progreso constante Unai Simón y su tocayo Vencedor? Tareas para el siguiente míster.

La Filosofía Athletic sigue viva y Lezama late fuerte

No quiero terminar tampoco este somero balance sin acordarme de la aprobación de la grada de animación de San Mamés, de los nuevos Estatutos, y del paso adelante de los jóvenes chavales que van subiendo al primer equipo. Y que suben además porque se lo ganan, no por el mero hecho de ser jóvenes y de la casa o vascos. La renovación de la plantilla está encaminada con los Nicos, Sancet, Vence, Vivian, Agirrezabala, y en breve los Luis Bilbao, Malcom Adu, Rincón, Gerena, etc...

Está claro que Lezama funciona, más allá de críticas facilonas y frases hechas, y que la Filosofía del Athletic sigue viva y pujante pese a que todo en el mundo del fútbol, como la Ley Bosman, el dinero de las televisiones e incluso hasta la natalidad en Euskadi van en su contra.

Por tanto, al acabar la temporada, esta vez tampoco hace falta sacar champán para brindar porque el Athletic sigue, como siempre ha estado, en LaLiga Santander, que decía Piru Gainza. Sacaremos, en este 2022 en el que vuelve nuestra añorada 'Aste Nagusia', Agua de Bilbao, porque la temporada, repito, para mí al menos, ha sido francamente buena pese al mal regusto final de quedar fuera de Europa una vez más.