Valverde será un buen entrenador, pero nunca un genio

Trece años después de haber sido citado para inaugurar el estadio, el Manchester United se 'encerraba' en el Dublin Arena para medirse al Athletic Club, equipo, el vasco, en búsqueda y captura' desde que los 'diablos rojos' fueran sometidos en su teatro de los sueños por aquel grupo anárquico y talentoso liderado por un 'Loco' llamado Marcelo Bielsa.

Dicen que el tiempo todo lo cura. Triste cielo el de Dublin. Llorando un siri miri sin saber por qué. Alégrame la tarde. Si entonces, en su bautizo de futbol, [7-1] a un combinado irlandés, la gerencia del estadio destinado a las selecciones de rugby y fútbol de la República de Eire entendieron que sería cosa buena invitar al United para que pudiera soltar tanta rabia como acumulaba desde que Fergusson fuera abducido por un 'fni', un "fútbol no identificado" que difícilmente volveremos a ver al amparo de la Catedral.

No creo en las casualidades. El MNU vs Athletic no lo era...

Once años no habían sido suficientes para borrar la afrenta. Toda una generación alimentada a base de rabia hacia los 'leones' de Lezama'. Por eso el Dublin Arena sabía a 'circo', a 'anfiteatro'. Más de 50.000 personas exigiéndole a los suyos que pusieran las cosas en su sitio. Como si Old Trafford fuera una cama que en sueños hubiera volado de isla a isla. Todo era furor. ¿Tanto diablo rojo vive en Irlanda? ¿Tanto tirón tiene el United en la mágica Dublín?

Como el Athletic en San Mamés. Así se sentía Manchester United en el corazón de Dublin. No era casual que el Athletic fuera el último convidado antes del inicio de la Liga. Valverde no pudo escoger.

Lo que sí estaba en su mano era anticiparnos el once con el que se vestirá de gala para recibir en San Mamés al Real Madrid, ese rival con el que se enfrenta cada vez que quiere revivir el 'verdadero clásico' de la Liga.

A la espera de la recuperación de Yeray, Ernesto Valverde esparció sus cartas en el tapete de Dublín...

Lekue, en el costado izquierdo de la zaga. Paredes, a la espera de poder contar con Yeray. A pesar de los tres goles de Martón, y con Guruzeta en el banquillo, 'Txingurri' regresa al futuro para reubicar a Iñaki Williams en la posición del 'nueve'. Y en el medio, donde habita la virtud, o para que la virtud lo habite de una santa vez, Iñigo Ruiz de Galarreta, esa 'promesa' de Bielsa incumplida, ese 'algo' tan bonito que muchos de nosotros esperábamos y no terminaba de llegar.

Junto a un Mikel Vesga posicional, que le de poso al juego, y reposo al equipo, Valverde tiene en Ruiz de Galarreta ese futbolista capaz de desmentir un refrán muy arraigado en el acerbo de la lengua castellana. Y es que, luego de su particular Odisea, nuestro añorado 'Ulises' ha regresado a casa para demostrarnos que él, que mucho abarca, es capaz de apretar mucho en todos los aspectos del juego, y si viene a cuento, que viene, ¡vaya si viene!, apretarle al rival con más fuerza y saña que el mismísimo Dani García.

Pletórico en lo físico. Cargado de criterio. Y portador de un frasco con el que va goteando magia allá donde sus botas pisan. Y si hay que batirse en duelo, nadie más valiente y atrevido que nuestro 'Galaxy'.

"El que mucho abarca mucho aprieta". Patas arriba el 'decir popular'. Ya veo a la RAE añadiendo otra acepción, un 'caso único, como único es el Athletic. Y que lo siga siendo así que el Mundo estalle y se recree.

Y fue así que el MNU, a pesar de sus ganas, era incapaz de someter al Athletic. De sus maneras. De ese ímpetu que la grada del Dublín Arena le transmitía y contagiaba. Y furia, también. Porque cuando la cámara reparaba en los rostros de la gente, era, parecía, diríase que el Athletic 'le debía dinero' al equipo rojo de Manchester. Y a ellos. A casi todas las personas que abarrotaban el espectacular estadio.

Escuchaba. El Dublin Arena se había convertido en la 'caja de resonancia' de toda una afición...

Entre el gentío, camisetas del Athletic...

En una de esas, me pareció ver a mi hermana Maricarmen acompañada por miembros de los 'Kelly', esa familia que en aquellos veranos de finales de los 'sesenta' con tanto cariño la acogían para perfeccionar ese inglés suyo que aprendía en 'Las Irlandesas'. Cuando vuelvas, me cuentas, y me enseñas las fotos que os sacasteis para celebrar el gol de Nico Williams. Hau poza! Y esas otras, ¡qué rabia!, tras esa asistencia mortal de Maguire cuando el partido agonizaba.

Llevaba demasiado tiempo el Athletic en inferioridad numérica. Y el MNU, como si en el envite le fuera la vida [que le iba], dedicándose a bombardear el área de Unai Simón con balones que buscaban la cabeza del 'gigante'. ¡Qué mal perder, por dios! Me sentó mal, por inesperado y casi injusto, este gol en la última acción del partido.

Y en cuanto a la propuesta de Valverde, ¿qué decir?...

Que sea él, con palabras del grandioso Groucho Marx, el que nos cuente de que irá el juego del Athletic en esta 2023-2024 que 'romperá a sudar' este fin de semana... "Estos son mis principios; y si no gustan, me da que no tengo otros"...

Lo que no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. El fútbol que Valverde nos propone es correcto en lo individual y aceptable, e incluso vistoso, en cuanto a lo combinatorio. Escaso, si no carente, de registros. Valverde puede ser un buen entrenador, pero nunca un genio porque no es capaz de 'inventar'.

El juego del Athletic, pues, es susceptible de gustarme, a veces. Lo que Ernesto no conseguirá es que yo me enamore del Athletic que él guarda en su yo más profundo. Cuestión de sentimientos. Por eso fue que yo le di mi voto a Marcelo Bielsa.

¡AUPA ATHLETIC!

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista