Bacanal en San Mamés de fútbol del Athletic

Tiene tan interiorizado el Athletic Club el juego que Ernesto Valverde le propone que, al sentir que en el campo todo fluye como en los largos ensayos de Lezama, el equipo se deja ir como si sólo mediara el instinto. Automatismos. Repeticiones. El poder de la memoria. El impacto que en el corazón provoca lo que creemos recuerdo. Lo que sucedió ayer. En el último partido que el Athletic jugó. Y ganó. Prodigiosa memoria. Alimentada de una manera de entender el fútbol que se encaja en la tierra de San Mamés hasta alcanzar sus cimientos y reforzarlos.

Volvió a suceder en la tarde de un 8 de diciembre. Con frío. Con lluvia. Un caldo de cultivo en el que, hasta entrar en ebullición, hirvieron Zarra, Piru Gainza, Koldo Aguirre, Fidel Uriarte, Txetxu Rojo, Estanis Argote, Sarabia y otras cuestiones. Titanes que se visten con las camisetas que les presta la afición 'Athleticzale'.

Veloces, constantes, precisos, goleadores, todo ello salpicado con el preciosismo y el talento que emerge de la tierra que pisan los tacos de sus 'botas de mil leguas'.

Si no fuera pecado, y sí un bien malentendido, cabría volver la vista atrás para escuchar la paradoja de 'mi querido míster' que, ante un fútbol de diseño y sofocante, tuvo la osadía de expresar su "aburrimiento".

Y es que los leones que el Txingurri adiestra, de tan bien como nos 'acostumbran' con su fútbol bonito y fogoso, nos están 'malacostumbrando'.

'Síndrome de Stendhal' en Fiorenzza porque todo lo que se ofrece a la vista llega a abrumar a causa de una hermosura imposible de asumir.

La Catedral. Monumento religioso en sentido figurado. Donde se le rinde culto a San Mamés pero las flores son para Pitxitxi. De 'cerámica' era el suelo porque Marcelino García Toral, el querido 'orador' de Careñes, le comió el terreno a Iñaki Williams en el sorteo de los campos.

Como el que pone la primera piedra del 'templo' al fútbol que ante 'su gente' quiere erigir. Obreros tiene para ello, e ingenieros, y artistas también. Sabía que 'su Athletic' no era el mismo 'Athletic de Valverde'. Desconocía, sin embargo, hasta dónde la distancia de lo diferente. Y, sobre todo, que los leones ya no le dejan a su entrenador "atolondrado" de ver tantas opciones claras de gol desperdiciadas.

Gran trabajo el suyo en el 'año y medio' de su 'contrato'. Sucede que, en poco más de dos años, savia diferente en un bosque de arboles crecidos, robustos, fortalecidos. Venía sabido. O no. Con un gran equipo. Eso sí. Buscando la portería de Julen Agirrezabala en todo momento.

Transiciones rápidas y adornadas. Técnica a raudales. Dos equipos al ataque. El espectáculo estaba servido. Banquete de tiranos del balón, al que no le  preguntan si se duele cuando lo golpean.

Bacanal del Athletic en todas sus acepciones

Para perder la cabeza. Para el empacho. El "aburrimiento" que se deriva de ver cómo el Athletic es capaz de darle a su gente un fútbol maravilloso para que se meta en la cama y tenga dulces sueños. Como el de la 'Champions League'. Difícil. Complicado. Imposible por mi parte. El mismo método. El mismo fin. Los mismos medios. Cómo escribir una 'contra' sin repetirme. Mirar. Ver. Sentir.

Y el que crea que es capaz de marcar las diferencias partido tras partido, se estaría engañando. Un fútbol tan atractivo lo llevó Marcelo Bielsa hasta las murallas de Bucarest. Y se disipó. Como la niebla. Que parece ser algo y resulta no ser nada. Quizás Neruda en su 'Cantata de Joaquín Murieta' nos arroje la luz que necesitamos. "Preguntarle al amor es cosa vana / es preguntar cerezas al cerezo".

Esto, éste es el Athletic Club nuestro de cada día. Cuando las palabras están de sobra. El periodista Álvaro de Campos, tal vez. Ese que, a mi lado, cuando Sancet utilizó mal su 'cuchara' en busca del tercero, en vez de soltar un reproche, me dijo, "Hay doce leones en el campo". Lo miré extrañado, "El decimosegundo león soy yo". Fútbol y Letras. Athletic y Poesía.

Post - Scriptum:

"Saliendo de Santa Croce / me latía el corazón/ la vida estaba agotada en mí / andaba con miedo a caerme" [Henri-Marie Beyle]

• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista